10 centavos más
El Ministerio de Agricultura de Ecuador (Magap) confirmó a finales del 2016 que el precio mínimo de sustentación de la caja de banano para el 2017 pasaría de 6,16 $ a 6,26 $, a lo que la industria bananera ecuatoriana reaccionó desde diferentes posiciones. Los exportadores del sector afirmaron: “El Gobierno lo hizo para calmar los ánimos en los productores, pero somos los exportadores los que nos llevamos todos los riesgos, pues los precios no los definimos nosotros, sino los mercados”. Mientras que los productores afirmaron “que es una medida simplemente justa y necesaria”.
Menos impuestos, más competencia
Asimismo, muchos productores y exportadores incrementaron sus expectativas ante la firma del acuerdo con la Unión Europea, pero no se tomó en cuenta que Ecuador ingresó varios años más tarde que los países de la competencia. “Ahora tenemos impuestos equivalentes, por lo que tememos que otros países productores van a intentar manipular sus precios, pudiendo convertirse en una guerra de precios. A esto se le suma el cambio de precios, efectivo a partir de enero 2017. Hubiera sido más positivo el no haber modificado aún estos precios, porque corremos el riesgo de ser menos competitivos”, confirmó Hugo Castro, de GinaFruit.
Prediciendo esta situación, Ginafruit decidió cambiar de estrategia ingresando a mercados de altos requerimientos, principalmente Asia, compitiendo con la fruta filipina. “Tenemos que competir con lo que el consumidor está acostumbrado a ver y recibir. A ellos les cuesta acostumbrarse a nuevas cosas. En un comienzo, se quejaban de los tamaños de nuestros bananos, que son más grandes en comparación con las bananas filipinas. Ahora hay supermercados que valoran las ventajas del banano ecuatoriano, y en muchos mercados nuestro banano es considerado como una exquisitez y es vendido a un precio un poco superior”, afirma Castro.
La solución: mercados exigentes
Asimismo, Japón se vuelve a consolidar como un mercado clave para Ecuador, y si bien en estos momentos se está en una etapa de recuperación de la cuota de mercado, cada vez se convierte en un destino interesante. “Tienen exigencias muy grandes en empaque, pues el empaque tiene que estar 100% listo para el consumidor final desde el Ecuador, por lo que los controles de calidad tienen que ser mucho más exhaustivos para poder satisfacer sus requerimientos”, recalcó el representante.
Ecuador está en pleno verano en estos momentos y, como consecuencia, la producción está aumentando. “Se tienen ‘lluvias bananeras’, y el banano se ve beneficiado. Pero los precios son un 45% más bajos de lo que normalmente recibirían en este periodo y el incremento del precio ha sido muy paulatino. En respuesta a esta variación, este año obtenemos la certificación Rainforest para darle un valor agregado a nuestra fruta y poder trabajar con grandes internacionales. El objetivo es diferenciarnos en el mercado, para obtener mejores retornos y posicionamiento”.
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