Añade que, en la actualidad, las exportaciones crecen a un ritmo anual del 30%. “Con esta nueva producción, volveremos a convertirnos en un gran actor en el mercado mundial de la piña”. Dado que, luego de la cosecha, cada planta genera 3 o 4 nuevas plantas, Fabio pronostica un crecimiento veloz. “Estamos creciendo, pero también mejorando, aplicando tecnología y dedicando recursos en las mejoras de las plantaciones, obteniendo certificaciones y calificando la mano de obra. No obstante, tenemos que crecer en base a una programación, lo que significa que la producción y la exportación tienen que avanzar en la misma línea”.
Solamente el año pasado ya se exportaron 9.000 toneladas de la producción total de piña. Entre el 80 y 90% restante se vende en el mercado interno.
“Nuestro mercado interno es muy rentable, pero también muy exigente, pues requiere calidad alta debido a la enorme importancia del turismo. En cuanto a exportación, nuestro principal destino es Europa, por ejemplo España y Suiza, y principalmente Italia. Con el prestigio que hemos alcanzado en la calidad de nuestra fruta, la demanda siempre supera nuestra producción. El reto inmediato es aumentar la producción para satisfacer las demandas internacionales aún sin abrir nuevos mercados”, continúa Giuntoli.
Fabio señala que los volúmenes son reducidos y que las exportaciones se realizan principalmente por avión. Para Frutas Chiara, su principal destino es Italia. “Buscamos nichos en el mercado dispuestos a pagar un precio más alto por los productos de calidad que ofrecemos. Siempre nos aseguramos de que las piñas se entreguen en 48 horas a partir de la cosecha, pero normalmente logramos que los consumidores estén disfrutando de nuestra piña entre 24 y 30 horas después de ser cosechada.
La producción ecológica es tendencia en el mercado hortofrutícola, pero Giuntoli explica que, en estos momentos, no es posible para la piña dominicana.
“Primero nos gustaría consolidar la producción convencional de nuestra piña. Tal vez sea algo que nos planteemos en el futuro, pero cada cosa a su tiempo”. Otra tendencia son las piñas sin corona, que a Giuntoli le parece una extravagancia, pues opina que la piña es la reina de las frutas y necesita llevar corona, por así decirlo. “Es una fruta hermosa y eso incluye la corona, que también permite mostrar cómo de buena es la calidad. Aunque puede permitir ahorros en costes, nosotros exportamos a nichos dispuestos a pagar un precio más alto, así que solo enviamos fruta de alta calidad y atractiva”.
Según el exportador, la ventaja de las piñas dominicanas es, sin lugar a dudas, el sabor y la calidad del fruto. “Nuestro país recibe más sol que otros países productores de piña, por lo que el nivel brix es alto y eso hace que nuestras piñas sean extra dulces. Además, nuestra ubicación geográfica nos brinda ventajas logísticas, pues podemos enviar nuestras piñas por barco a Europa en 7 días menos que desde Puerto Limón, Costa Rica. En nuestro sector, sabemos que 7 días marcan una gran diferencia. La piña perfecta para la exportación pesa alrededor de 1,8 kilos (de 1 a 2 kilos), todo lo que sea más grande se queda en el mercado nacional”.
Frutas Chiara es miembro de la asociación de productores de piña Apropic, la mayor de la República Dominicana, con más de 130 productores y más de 2.000 hectáreas de cultivo. “Tal vez parezca pequeña, pero para un país como el nuestro, es una asociación grande”, asegura. Antes, Giuntoli era el único exportador, pero hoy en día hay varias empresas. Frutas Chiara posee certificaciones Global Gap y Fair Trade, tiene 30 empleados ,y trabaja con 5 marcas para exportar sus piñas. Todas las piñas de la asociación proceden de Monte Plata y Sánchez Ramírez, y se empacan en unasmodernas instalaciones de la Asociacion en la ciudad de Cevicos, icono en el país por sus piñas. Se trata de regiones pobres, pero el sector de la piña prospera y sus habitantes se benefician de ello”.
Fabio Giuntoli concluye: “En los últimos meses ha llovido más de lo habitual para el país, y ello tras un largo periodo de sequía, seguido por unos meses de lluvia, lo cual ha afectado a algunos cultivos. No obstante, el cultivo de piñas es muy fuerte y no se ha visto perjudicado hasta el momento, aunque los daños sufridos por las carreteras y la gran humedad dificultan las labores en el campo”.
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Fabio Giuntoli
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