En una superficie bajo abrigo de 2,2 hectáreas, este productor cultiva exclusivamente la variedad Elsanta, la cual suministra a los establecimientos regionales de Rewe y Edeka. Para finales de mes, comenzará la cosecha de los campos abiertos, aunque en ellos Görnitz cultiva unas 12 variedades distintas. Este año, incluso tiene una variedad nueva: la fresa aromática Renaissance.
El coste del cultivo es alto
No obstante, el cultivo de frutas regionales de primera clase se asocia a unos costes elevados. Los motivos son una mano de obra costosa y un tiempo caprichoso con lluvias fuertes en ocasiones. Por eso, Görnitz tiene instalado un sistema de riego y nutrientes. Sin embargo, pese a estos equipos tan modernos, siempre hay pérdidas. "El cultivo de fresas es muy arriesgado, por eso algunos productores bávaros ya lo han abandonado", señala Görnitz.
Además de las pérdidas, la venta de los productos regionales apenas cubre los costes, en parte por los salarios mínimos. "Si siguen desarrollándose como hasta ahora, tendré que abandonar las fresas. Y estoy en el umbral", lamenta Görnitz. Ni siquiera el aumento de los precios sería una solución a largo plazo porque, al final, los consumidores se inclinarían por los productos importados en lugar de por las fresas regionales. "Fuera del sector, cuesta comprender por qué una bandeja de España solo cuesta 80 céntimos, mientras que una de fruta de la región cuesta 4 euros. Pero la calidad se paga".
Cultivo de fruta regional
Obstbaugemeinschaft GbR Coswig es un negocio familiar que existe desde hace más de 25 años. Hace tres años, el actual propietario tomó las riendas del huerto, con una superficie total cercana a las 150 hectáreas. Aparte del invernadero, las fresas tienen disponible una superficie al aire libre de más de 12 hectáreas. Además, la empresa produce bayas de aronia, arándanos y fruta de hueso.
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