A principios de mayo, la red Vitalis se encuentra en una encrucijada, con el final de la campaña de patata de conservación y el inicio de la de patata temprana, que debería llegar al mercado en unas semanas. "Seguimos trabajando con la patata de conservación francesa, y dentro de quince días empezaremos con la patata temprana española, sobre todo para el segmento de patatas fritas/asadas. Tardará entre 4 y 6 semanas, cuando la campaña francesa arrancará con pequeños volúmenes a principios de junio y se irá acelerando a lo largo del mes", explica Francisco Moya, director de la red Vitalis.
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Un calendario normal y una situación bien controlada
La transición se está desarrollando "bastante bien" y sigue un "calendario normal". "No nos preocupa en absoluto el paso de las patatas de conservación a las patatas tempranas. No vamos con retraso en las regiones en las que estamos posicionados y la situación está bastante controlada. Algunas referencias continuarán durante todo el mes de mayo para las patatas de conservación, y cuando el origen francés no cumpla los requisitos del pliego de condiciones al final de la temporada, utilizaremos productos tempranos importados (de España o Portugal) hasta que empiece la temporada temprana francesa".
Un mercado dinámico con existencias limitadas
Cada año se recurre a otros orígenes para realizar esta transición. Pero la necesidad de recurrir a ellos es más o menos notable, según la temporada. "El año pasado, tuvimos un importante déficit de producción en Francia. Era imprescindible utilizar productos importados. Pero este año lo necesitamos menos porque los volúmenes han sido mayores, pero las existencias siguen siendo escasas porque el mercado ha sido bastante dinámico. Nos encontramos en un contexto en el que a finales de abril todavía teníamos patatas, pero no en exceso".
Un contexto favorable para el mercado de la patata en Francia
Esta situación bastante favorable se ha producido por la combinación de varios fenómenos: "En cuanto a la recogida (de agosto a mediados de mayo) del año pasado, una parte de la cosecha se quedó en el suelo, según la cuenca de producción. Así pues, en el conjunto del período invernal, el mercado de importación de productos industriales fue algo más dinámico de lo previsto. En este contexto, si analizamos la cosecha europea en su conjunto, Francia logró salir airosa, aunque también sufrió algunas inundaciones. Pero proporcionalmente, y sobre todo en comparación con algunos países del norte, ha ido bastante bien. Hemos tenido una demanda sostenida durante toda la temporada, que sigue siendo notable en estos momentos. Además, el tiempo juega a favor del consumo de patatas. También hay que tener en cuenta el mercado industrial, que sigue desarrollándose y absorbiendo volúmenes de patatas. Por último, el contexto inflacionista general en Europa es favorable al consumo de productos básicos como la patata que, incluso con el aumento de los precios, siguen siendo asequibles para los consumidores".
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Francisco Moya
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