Chile ha experimentado un crecimiento sostenido en su superficie dedicada a la fruticultura durante las últimas dos décadas, alcanzando un total de 375.000 hectáreas. La Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) reveló que, desde 2003, el único año que registró una disminución en la tasa de crecimiento fue 2014, cuando la superficie se mantuvo por debajo de las 300.000 hectáreas. Este aumento se debe en gran medida al auge en las plantaciones de cerezas, que han visto un incremento de 45.300 hectáreas. Por otro lado, cultivos como las peras y manzanas han experimentado una reducción de 6.595 hectáreas en los últimos veinte años.
Entre 2004 y 2012, la superficie frutícola mostró una relativa estabilidad, seguida de un significativo crecimiento entre 2013 y 2016, impulsado principalmente por las plantaciones comerciales de peras. Sin embargo, desde 2016, la producción de peras comenzó a declinar en el mercado internacional, lo que llevó a los productores a iniciar un proceso de erradicación de estos cultivos. Como resultado, para el año 2022, Chile cuenta con una superficie de 5.870 hectáreas dedicadas a la pera, generando exportaciones por más de 116.000 toneladas de fruta fresca y obteniendo ingresos por divisas de aproximadamente 124 millones de dólares estadounidenses, de acuerdo a datos proporcionados por Más Producción.
Fuente: redagricola.com