El sector de la distribución alimentaria ha alertado del impacto negativo en las ventas y en la confianza del consumidor que genera la información y la viralización de alertas alimentarias. Durante un encuentro con periodistas especializados, se ha analizado cómo la gestión de estas alertas, especialmente en redes sociales, afecta al sector.
Como ejemplo, se ha citado el caso de las fresas contaminadas que se difundió que habían entrado en España, que mermó entre un 5% y un 10% las ventas de este producto en supermercados, pese a que la mayoría de las fresas vendidas son de origen español. Se ha insistido en que el sistema de detección de alertas funcionó, pero la información transmitida provocó una caída en la confianza de los consumidores y, por lo tanto, de las ventas.
Se ha enfatizado que, aunque el riesgo cero no es posible en seguridad alimentaria, España cuenta con uno de los sistemas más seguros, y se ha urgido a abordar la situación entre todos los sectores afectados para frenar la desinformación, que, según perciben, va en aumento, y ante la que se sienten indefensos.
En este sentido, se ha informado al Gobierno de la necesidad de incluir medidas sobre liderazgo en la gestión de la comunicación en la Estrategia Nacional de Alimentación que está en elaboración. Además, a instancia de España, se ha creado un grupo de trabajo en Bruselas para tratar este asunto a nivel comunitario.
En España funciona una red de alertas coordinada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria en la que trabajan coordinadamente con las comunidades autónomas.
Fuente: efeagro.com