Laurent Beckers, de la empresa belga de fruta Herwi, opina que es extraño que la UE se tire piedras a su propio tejado estimulando el comercio polaco como lo hace. "La producción en Polonia crece cada año. Aquí, estoy teniendo dificultades, pero si establezco mi negocio en Polonia, el 75 % de los costes los cubre una ayuda gubernamental. No lo puedo entender. Estoy a favor de que a los productores polacos les vaya bien, pero no a nuestra costa."
El proveedor Jackie Boussier, de Boussier, coincide con él: “Los productores polacos reciben subsidios de la Política Agrícola Común (PAC), lo que provoca el sufrimiento de nuestros productores". Boussier no cree que trasladar las actividades a Polonia sea una opción realista: "Hemos compartido nuestros conocimientos con Polonia y ahora ya no nos necesitan. No tiene sentido".
“Lo único que podemos hacer es destacar por nuestra calidad", dice Boussier. "El caso es que la calidad de los productos belgas sigue siendo mejor que la de Europa del Este. Las peras en particular, como la Conferencia, no son algo con lo que Polonia o Rusia puedan competir. Desgraciadamente, los minoristas no siempre promocionan esta calidad. Mi experiencia es que los mayoristas y los supermercados a menudo desatienden el un cuidado y una presentación más adecuados del producto fresco. De esa manera se pierde parte de la inversión. Se deshace mucho trabajo duro".
En cuanto al futuro, la legislación de la UE se ha puesto en duda: "Europa debe determinar dónde residen los límites del subsidio de la PAC".