España (Andalucía): El pepino y la berenjena incrementan sus precios esta campaña
En lo que respecta al pepino, y según el citado informe, el pepino ha registrado un precio medio en esta campaña cercano a los 0,62 euros el kilo, cifra que dista, y mucho, de los 0,427 euros por kilo de hace un año. Para que esto sea así, mucho han tenido que ver "el fin anticipado de la producciones de Holanda y Francia". De este modo, entre noviembre y febrero, este producto registró sus cotizaciones más favorables, si bien, a mediados de marzo, "el inicio de la producción holandesa rebajó las cotizaciones del pepino andaluz", que alcanzaron su valor mínimo en el mes de abril. Ya en mayo, fueron los tipos destinados al mercado nacional los que mejores precios obtuvieron, en torno a 0,40 euros el kilo.
La berenjena, por su parte, ha visto incrementarse su precio medio en un 57,1%, desde los 0,42 euros por kilo, de media, de hace un año a los 0,66 que, de momento, estima la Administración. En su caso, a una merma de producción en invierno hay que unir la inestabilidad climatológica entre los meses de octubre y noviembre. En cualquier caso, sus cotizaciones más altas tuvieron lugar entre diciembre y febrero.
Otros productos, como el calabacín o el pimiento, también han logrado incrementar sus cotizaciones medias, aunque en menor medida. En el caso del primero, han crecido un 16,5% en relación a la campaña pasada, mientras que, en lo que respecta al pimiento, esa cifra se sitúa en el 16%.
Subida moderada
Bien distinto es el caso del tomate, que, pese a haber aumentado también su precio, lo ha hecho mucho menos, apenas un 3,6%, desde los 0,579 euros por kilo de hace un año a los en torno a 0,60 de este ejercicio. Según el informe de la Junta de Andalucía, en los primeros meses de la campaña, "la escasa disponibilidad de tomate en Marruecos y la finalización prematura de la producción europea favorecían las cotizaciones del producto". Esta situación se mantuvo hasta finales de octubre y principios de noviembre, cuando Marruecos comenzó a recuperar sus niveles habituales de producción.
Ya en los meses invernales, e incluso, al comienzo de la primavera, la inestabilidad del clima, que frenó el ciclo productivo del tomate, propició un aumento de los precios y, de hecho, en marzo, ese producto alcanzó sus precios más altos. Sin embargo, en abril y mayo, las exportaciones se redujeron y las cotizaciones comenzaron a caer, tanto que "muchas comercializadoras optaron en las últimas semanas de mayo y primeras de junio por retirar producto del mercado para mejorar su calidad", concluye el informe de la Administración.