Lynette fue la primera sudafricana en convertirse en directora general de un centro comercial superregional, es directora general de la Durban Business Enhancement Initiative y directora fundadora y presidenta de IgniteSA.com. Lynette forma parte de la Comunidad de Impulsores Globales del Foro Económico Mundial y es directora fundadora de un hub sudafricano.
“Apreciamos la capacidad de reunirnos y debatir sobre una industria tan esencial para el crecimiento de las economías no solo de este país, sino de todo el mundo. Para nosotros es importante conectar, razón por la que estamos todos aquí en esta Fresh Summit”, afirma Lynette.
Lynette asegura que el evento se celebra en un momento importante para Sudáfrica, no solo porque "coincide con el Mes de la Mujer, sino también porque el debate sobre la reforma agraria de Sudáfrica ha vuelto a estar con fuerza sobre la mesa y la agricultura y la futura seguridad alimentaria están muy presentes en las mentes de los dirigentes políticos de todo el mundo”.
Explica que el conflicto sobre la propiedad de la tierra en Sudáfrica está muy unido históricamente a lo que se obtiene de esa tierra. “La riqueza de Sudáfrica se ha construido sobre el oro y los minerales, pero hoy por hoy, la seguridad alimentaria se ha puesto a la cabeza del orden del día, lo que significa que la tierra continúa siendo importante”.
El presidente de Sudáfrica señaló que la agricultura se ha convertido en un motor económico clave para el empleo y la prosperidad, y que el objetivo es crear un millón de puestos de trabajo en el sector para 2030. Según Lynette, “hace viente años, teníamos en torno a 120.000 agricultores comerciales en Sudáfrica; en 2014, esta cifra se ha desplomado hasta los 57.000. Además, en los últimos años, casi medio millón de personas ha perdido su trabajo”.
Se calcula que el 73% de la tierra en Sudáfrica no se utiliza correctamente por parte del sector agrícola, “y ahí yace una oportunidad importante para la aceleración de nuestra economía y para la de las comunidades que dependen de esa tierra”, señala Lynette.
“Nuestra verdadera oportunidad como emprendedores reside en las zonas en las que nadie ha estado antes; en las zonas en las que se está esperando un cambio. Como compañía, hemos estudiado cómo combinar la propiedad, la ética, la infraestructura, el sector minorista y muchas fuerzas de comercialización y factores competidores para crear soluciones llave en mano que marquen una diferencia y tengan un impacto en nuestro país”.
En cuanto a la participación de las mujeres en el sector, Lynette explica que, “de forma casual, hemos coincidido mucho con el sector agrícola; nos hemos encontrado mujeres que han puesto en marcha cooperativas, pero que no tienen acceso al mercado y carecen de conocimientos sobre la cadena de valor en este sector específico. La gestión del suministro y del sector minorista son, por tanto, áreas que nos incumben”.
“También creo que hay posibilidades de creación de sistemas igualitarios que no solo empoderen y enriquezcan, sino que también apoyen nuevos mercados y comunidades en nuestro país. En la parte central del negocio se encuentra la firme creencia de que si se conoce el significado de la propiedad, la tierra y la infraestructura y lo que estas pueden proporcionar, se podrá acceder a herramientas de transformación económica y social”.
“¿Cómo podemos cultivar una mejor cadena de valor? Depende de nosotros, de quienes ya estamos funcionando y distribuyendo productos, comenzar a proporcionar estructuras y soluciones de apoyo para cambiar vidas y garantizar que apoyamos a las zonas que lo necesitan no solo económicamente, sino dentro de nuestro sector en sí mismo”.
“Nosotras, las mujeres, que solemos ser las responsables de la seguridad alimentaria de nuestras familias en el día a día, quienes solemos entender la agricultura como un modo de alimentar y sostener una familia en un país como Sudáfrica, somos, probablemente, las más indicadas para comenzar a desempeñar un papel muy activo en este sector en particular”.
“Empleemos nuestra reserva de recursos para empezar a trabajar en las pequeñas cosas que sabemos que en el futuro se convertirán en grandes, porque no hay nada escrito y, sin duda, nada es inamovible. El negocio necesita de nuestra habilidad y percepción, y, quizás, podamos responder con la mayor velocidad a la mayoría de las necesidades de la sociedad. Podemos vencer y triunfar siempre y cuando mantengamos nuestros estándares tan altos como nuestros tacones”.