"En estos momentos, la demanda de Crimson y de las otras variedades sin semillas es fuerte desde los países anglosajones, y del Reino Unido en particular. El hecho de que haya menos producto disponible significa que la campaña terminará veinte días antes".
"La falta de producto significa que los operadores ya no necesitan sacar ofertas especiales. El suministro es regular, por lo que no hay necesidad de exportar a países más pobres para acabar con el exceso".
"Nuestras uvas sin semillas están funcionando muy bien en Alemania, Austria y el Reino Unido —donde vendemos principalmente a los minoristas—, y también el suministro a los mayoristas de Bélgica, Países Bajos y Francia. Ahora enviamos a España y la demanda también es buena en Italia".
La situación rusa
"El veto ha tenido un fuerte impacto psicológico, pero, en realidad, el mercado de los productos hortofrutícolas frescos es un sistema de vasos comunicantes: los países que ahora suministran a Rusia nos han dejado libres otros mercados".
"Los fondos de la UE para ayudar a los afectados por el veto son insuficientes y la verdad es que no harán ninguna diferencia. A mí nunca me ha gustado este tipo de ayuda, habría preferido que los 165 millones de euros se hubieran destinado al puerto de Taranto o de Bari para ayudar a enviar contenedores al extranjero. De esta forma, la ayuda sería a largo plazo, en lugar de solo durante la crisis".