El greening o virescencia de los cítricos, una enfermedad vegetal que ha resultado mortal para la industria citrícola de Florida, se está propagando por Texas, a pesar de las agresivas campañas para detenerla. No obstante, la buena noticia para los productores de Texas es que, por el momento, las pérdidas no han tenido mucho alcance en esta industria de aproximadamente 100 millones de dólares.
Desde agosto de 2014, la enfermedad se había detectado en tan solo 430 árboles del Valle de Río Grande. Desde entonces, ese número ha ascendido a unos 1.700, incluidos árboles en los viveros de la zona de Houston. La inmensa mayoría de los árboles han sido destruidos, pero el estado ha quedado con seis condados en las zonas del Valle y Houston bajo cuarentena.
En Texas, la enfermedad se detectó por primera vez en un campo comercial de naranjas en el condado de Hidalgo hace unos cuatro años, probablemente debido a la entrada de un psílido por la frontera con México.
En la actualidad hay cuarentenas vigentes contra el movimiento de árboles en los condados de Cameron, Hidalgo y Willacy. También se aplicaron cuarentenas en los condados de Harris, Fort Bend y Montgomery después del hallazgo de árboles infectados en los viveros de la zona. El origen de esos árboles se detectó en un vivero en la "zona caliente" del centro del Valle, entre Brownsville y Mission, que es el centro de la industria citrícola comercial del estado.
Equipos de inspectores federales, estatales e industriales han estado buscando síntomas de la enfermedad en el Valle, en algunos casos yendo puerta por puerta para analizar los árboles de los jardines particulares.
Al contrario que Texas, Florida está en modo crisis. Aunque los incrementos de precios han mantenido el valor del cultivo relativamente estable, los productores han tenido que desembolsar mucho dinero en productos químicos y otros modos de ataque. Lo que hace 12 años era un cultivo anual de 240 millones de cajas de 40,8 kilos ha caído a tan solo 69 millones de cajas el año pasado.