Del 12 al 15 de septiembre, se celebró la feria anual de alimentación World Food en el Expocenter de Moscú, junto al río Moscova. Se trata de una feria de alimentación en el sentido más amplio de la palabra: desde lácteos, pescado, carne y dulces hasta frutas y hortalizas. Este último grupo constituyó una parte importante de la feria, pues no menos de dos salas del pabellón 2 estuvieron ocupadas por 352 compañías de este sector procedentes de 40 países. Estas compañías comercializan productos como hortalizas frescas, frutas, "berries" y setas frescas y procesadas. También tuvieron representación en la feria los proveedores de, por ejemplo, maquinaria y materiales de envasado, y de equipos industriales y comerciales. A la cita acudieron 30.000 visitantes de diversos países.
Pese al veto, que, por el momento, se ha ampliado a 2018, participaron en la feria siete exportadores belgas de frutas y hortalizas. M-Fruit y Fruit Queen representaron a Países Bajos, las cuales mantienen una estrecha relación con compañías rusas. Otros exportadores holandeses, como Gebr. de Mooij Amsterdam y Ravex estuvieron presentes como visitantes. A la pregunta de por qué los exportadores belgas se mantienen fieles a la feria, Jeroen Buyck, de Calsa, señala que es, principalmente, una cuestión de que no se enfríe la relación. "Todavía se está comerciando algo en el campo de la reexportación, y hablamos con estos contactos en la feria, en cualquier caso".
En cuanto a si es realista pensar que las relaciones con los importadores rusos mejorarán tras la retirada del veto, Buyck responde que no volverán a ser como antes. "Rusia ganará en autosuficiencia en los próximos años". La semana pasada, en AGF.nl, Meindert den Ouden decía que la autosuficiencia aumenta cada vez más deprisa en Rusia. "Tan solo los cultivos menos adecuados debido al clima, como los de invernadero, tendrán que importarse, pero no será el caso de las patatas, las cebollas y las zanahorias. Los conocimientos en el campo del cultivo y el almacenamiento se están exportando ahora mismo desde muchos países. Para Rusia, esto supondrá mayores ingresos y una gestión más eficiente en los próximos años".
Buyck sigue viendo oportunidades para el mercado ruso en el futuro. "Los costes de transporte son más bajos en comparación con los de, por ejemplo, los países sudamericanos. La pera Conferencia es un as bajo la manga también en el mercado ruso. Esta pera genera unos ingresos considerables, es de excelente calidad y relativamente barata de producir, en especial en comparación con peras similares como la Abate. Cuando el veto se levante, no cabe duda de que la pera Conferencia volverá a tener buenas oportunidades en el mercado ruso".
En lo referente a la experiencia en la feria, Buyck dice que, comercialmente, ha sido fatal. "Tienes un producto excelente, todas las posibilidades de venderlo a precios competitivos en el envase deseado en el mercado ruso y compradores potenciales en tu puesto. Duele estar atado de pies y manos por las decisiones políticas, porque nuestros políticos europeos se niegan a atajar este problema de forma civilizada. Si se impusiera un veto a la importación de costosos automóviles europeos, Merkel se subiría a un avión el día después para hablar con Putin".
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