"En Perú hay mucha escasez. Tenemos plantaciones propias allí, así que lo sabemos", explica Rob Cullum, de la empresa de importación Pacific Produce. "El mercado todavía no ha reaccionado y es raro que la demanda fuera más elevada a estas alturas del año pasado. Podría ser que, incluso si Europa acaba temprano, la calidad sea buena, y posiblemente Brasil también tenga mejor calidad. El mercado de la uva puede cambiar muy rápido, por lo que en una semana se pueden observar cambios drásticos. Siempre es así cuando la oferta cambia de un hemisferio a otro".
Es la tercera semana de exportación de uva de Perú y tanto el calibre como los volúmenes se han reducido. Rob dice que no es un desastre, pues los calibres normales de Perú son muy grandes, tanto como doble o triple jumbo. Este año no se verá tanta cantidad de las superpremium.
Continúa diciendo que una vez los programas están completos, no queda mucho producto.
"Si nos fijamos en las exportaciones peruanas, en comparación con el año pasado, casi no ha quedado nada. Tan solo tres exportadores han comenzado a enviar. Quienes tengan uvas más adelante en la temporada, no cabe duda de que las enviarán al mercado de los Estados Unidos, pues les reportará mayores ingresos. Todos estos problemas han sido provocados por El Niño: primero, tuvimos una sequía; después, inundaciones. La Red Globe será la más perjudicada. Hay algunos productores que no tienen nada que cosechar, pero en el producto sin semillas la merma será de una media del 50%".
Hace tan solo un mes, se hablaba de una reducción de en torno a un 30%, pero conforme los productores van llegando al momento de la cosecha, ven que los volúmenes son más bajos.
"La reducción de volúmenes se traduce en precios más altos, pero el mercado no puede absorber tanto aumento de precio, el precio tiene un límite y no importa en qué nivel termine, pues va a ser un mal año para los agricultores porque no se puede cubrir ese nivel de pérdida de rendimiento".
La empresa matriz La Calera también produce en Ica, en el sur, pero destina su fruta a los mercados de los Estados Unidos y Asia, no se envía nada a Europa porque coincidiría con la cosecha sudafricana y los tipos de cambio no permiten competir. No obstante, Perú puede enviar a mercados a los que no puede enviar Sudáfrica, así que se compensa.
Arándanos
La temporada del arándano ya lleva en marcha un tiempo en Perú y continuará hasta febrero. Las condiciones meteorológicas parecen no haber afectado a la cosecha de arándano, como sí ha afectado a otras frutas. Este año, las importaciones peruanas se han solapado con la producción nacional del Reino Unido más de lo normal.
"El año pasado, la producción europea acabó temprano con algunos problemas de calidad", dice Rob. "Normalmente, Perú expediría los primeros envíos a Asia, los Estados Unidos y la UE, pero a causa de la demanda de Europa el año pasado, acabamos enviando mucho por avión para completar los envíos marítimos con el fin de satisfacer la demanda. Este año no hemos tenido la misma situación, no ha sido necesario hacer envíos aéreos". Ahora mismo, en el mercado hay gran variedad de producto, pues se ven arándanos de toda Europa en los lineales, pero también de Argentina, Perú, Sudáfrica e incluso Zimbabue. Así como muchos orígenes, hay muchas variedades distintas en los lineales y se está empezando a confundir a los consumidores.
En el Reino Unido, se indica la variedad en la tarrina y la gente intenta seguir la variedad de su agrado, pero eso tiene sus pros y sus contras, pues una variedad funciona bien en una región de cultivo, pero no en otra. En ocasiones, también se produce una falsa inflación del precio de una variedad en concreto".
"Esto también ocurre con las uvas. Para cada categoría –roja, blanca y negra– existe una especificación y una fruta adecuada que la cumple, pero ahora se encuentran muchas variedades. Por ejemplo, Sable, una uva negra de Sun World, ha logrado hacerse con su propio espacio y con un envasado especial, igual que variedades como la Cotton Candy".
Según Rob, el problema con los arándanos es que están saliendo tantas variedades y hay tanta disparidad de calibres, niveles de azúcar y textura, que a los consumidores les resulta difícil. Algunos, finalmente, se decantarán por los arándanos de marca de máxima calidad del supermercado, y se está dispuesto a pagar por la uniformidad.
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Robert Cullum
Pacific Produce
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