El mal de Panamá está causado por el hongo Fusarium. Una de las cepas de este hongo, conocida como Raza Tropical 4 (RT4), infecta a muchas variedades locales de banana, pero también a la Cavendish, que supone el 85% del comercio mundial. El hongo infecta las raíces, afecta al sistema vascular y, finalmente, mata a la planta. Una vez infectada una parcela, resulta imposible continuar cultivando bananas.
Puesto que en el sector bananero predomina una única variedad, su vulnerabilidad es extrema. Todas las bananas modernas son clones las unas de las otras, apenas existe ninguna variación. La banana Cavendish es extremadamente susceptible a la RT4, un tipo del hongo Fusarium que surgió hace unos años. Esto significa que el hongo amenaza al monocultivo mundial de Cavendish y muchas otras variedades locales.
Tras la toma de muestras, se aisló el hongo de las plantas infectadas y se continuó estudiando con análisis de ADN. Mediante la determinación del número y la naturaleza de las mutaciones de los hongos, los investigadores pudieron conocer con exactitud qué ramas estaban relacionadas. "La necesidad de tomar medidas de cuarentena para impedir la propagación internacional y la importancia de las soluciones sostenibles vuelve a cobrar relevancia a raíz de esto", asegura Gert Kema, profesor especial de Fitopatología Tropical en la Universidad de Wageningen.
Dependencia de la banana
La banana es el tercer cultivo alimentario más importante en los países en vías de desarrollo, aparte del trigo, el arroz y el maíz. Además, es la fruta más consumida del mundo. Tiene demanda en Occidente, pero, para los habitantes del trópico, con frecuencia es la principal fuente de alimento. Millones de agricultores dependen de una buena cosecha de banana, un producto cada vez más amenazado por el hongo RT4.
La citada investigación fue llevada a cabo por Wageningen University & Research en colaboración con científicos extranjeros, y se publicó el 22 de marzo de 2018 en Frontiers in Plant Science, y se puede consultar aquí.