Una solución para añadir valor al ajo puede venir del procesamiento. Esto es lo que pensaron los representantes de la empresa agrícola Tabanelli Luciana de Soliera, en Modena. A partir de producto fresco al que se elimina el agua, están a punto de colocar en el mercado paquetes de 50 y 100 gramos de ajo deshidratado. Estarán disponibles a partir de mediados de enero de 2019.
"Cultivamos 3 hectáreas de ajo, y los precios no siempre son satisfactorios. Nos hemos dado cuenta de que nosotros, como primer eslabón de la cadena de suministro, somos los más penalizados (como en todos los sectores agrícolas). Por ello, para salir de esta situación, hemos pensado transformar el ajo deshidratándolo. Ya contamos con un mayorista de referencia que nos dijo estar entusiasmado con la idea, y que tiene muchas ganas de poder ofrecer nuestro producto", explica Diego Capellini.
El procedimiento preciso para llegar a un producto que mantenga el sabor pero que no dé problemas de halitosis o digestibilidad es secreto, pero Capellini revela que "los pasos que seguimos son: calibración de nuestro producto fresco, desgrane, pelado. Después el gajo se lamina y se coloca en el deshidratador con un balance preciso entre temperatura, humedad y recirculación del aire".
El ajo sale deshidratado, pero no seco, por lo que mantiene sus características positivas, perdiendo aquellas que son molestas para muchas personas, como el olor intenso.
"La fase de prueba se ha completado y superado de manera brillante, y vamos a proponer paquetes de 50 y 100 gramos. Ya hemos hecho pruebas y a los consumidores les ha gustado, y lo han vuelto a pedir. El producto tiene una caducidad de 12 meses (si está cerrado) y 6 meses una vez abierto", concluye Capellini.
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Diego Capellini
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