Buenos precios para las chalotas en Italia

Ha sido un buen año y las existencias de chalotas se han agotado. Esta es la situación de la empresa lombarda Belgiardino, dirigida por Nadia Marzaroli y Fulvio Curioni, que en 2019 cultivaron 7 hectáreas de chalotas.

"Nos centramos en este producto porque nuestro territorio es particularmente adecuado para su cultivo. Antes también cultivábamos cebollas, pero, ciertamente, es un producto más inflado. Por el contrario, las chalotas de primera calidad siempre tienen un mercado muy interesante", explica Curioni.

La cosecha ha dado buenos rendimientos. El producto se excavó a máquina en julio y después se recolectó a mano. El rendimiento ha rondado las 220 toneladas. "Estamos satisfechos con cómo ha ido la producción, y estamos igualmente satisfechos con el precio de venta. No conoceremos las cifras hasta que finalicen las ventas, pero la media ya promete", añade Curioni.

Satisfacción personal aparte, a Curioni le preocupa el sector agrícola nacional. "Todos los días hay importación, incluso en sectores en los que el producto nacional sigue disponible,mientras que deberíamos priorizar lo que suministran los agricultores italianos y solo después dejar espacio a los productos extranjeros. Del mismo modo, estoy decepcionado con los sindicatos, que no están cumpliendo con su papel de defensa del mundo agrícola. Solo ofrecen servicios, por ejemplo para desenmarañar la burocracia, pero no aportan beneficios reales a los productores".

"Desafortunadamente, también tienen culpa de ello las fincas agrícolas, pues no trabajan unidas y, así, sucumben al abrumador poder de quienes están agregados", concluye Curioni.