A pesar de las quejas del sector agrícola, Alemania ha decidido suspender desde el 25 de marzo la entrada en el país de temporeros de la Unión Europea y Reino Unido, dentro de las medidas para contener el la propagación del COVID-19 en el país.
La norma entró en vigor a las 16.00 el miércoles y afectará especialmente al flujo de ciudadanos de Bulgaria, Rumanía y Polonia, que tradicionalmente se trasladan a Alemania en estas fechas para la cosecha del espárrago, la col y la fresa.
Las autoridades alemanas reimplantaron controles fronterizos hace dos semanas. Los pasos siguen abiertos para mercancías y para el tránsito de trabajadores transfronterizos. En esta norma no entran los temporeros.
La restricción actual es "urgentemente necesaria", según el Gobierno, para luchar contra la extensión de la pandemia.
El sector agrícola alemán teme las consecuencias del cierre de fronteras en la cosecha del espárrago, que ha empezado en algunas regiones y que emplea básicamente a temporeros polacos.
Una asociación de agricultores ha alertado de las consecuencias de la crisis del coronavirus sobre los productos de cercanía y ha advertido de que, para mantener llenos los estantes de los supermercados, es preciso buscar esos trabajadores.
Para paliar los efectos de esta medida, el Ministerio alemán de Agricultura lanzó una iniciativa para contratar hasta 300.000 trabajadores para afrontar las cosechas de los próximos meses. Tal como sugirió la ministra de Alimentación y Agricultura, Julia Klöckner, la falta de trabajadores agrícolas podría ser compensada por los de otros sectores actualmente paralizados por la pandemia.
Fuente: Efe / lavanguardia.com