"El avance imparable de las plagas y la presión en los precios hacen insostenible el cultivo de kaki"

El preocupante aumento de las plagas y la influencia de la climatología están haciendo que el descenso de la producción de kaki sea más alto de lo previsto en Valencia, principal zona productora de este fruto en España. Si bien los precios que reciben los agricultores son más altos respecto al mismo periodo de la campaña pasada, el incremento de los costes para intentar controlar las plagas hace que la rentabilidad se ponga en entredicho.

“Cada semana que pasa vamos perdiendo todas las expectativas que teníamos puestas en esta campaña. No es que vayamos a ganar más dinero porque haya menos volúmenes, sino que la campaña terminará alrededor de un mes antes de lo habitual”, cuenta el productor valenciano Eduardo Cifre, fundador de la empresa Oka Fruits. “A pesar de que la oferta es casi la mitad en comparación con el año pasado, las grandes cadenas de distribución continúan presionando los precios a la baja hasta niveles insostenibles, como ocurre en los últimos años”, añade.

Y es que, en solo unas pocas campañas, las plagas que afectan al cultivo del kaki se han multiplicado exponencialmente. La limitación en la utilización de productos fitosanitarios por parte de las administraciones públicas hace que plagas como el cotonet, la negrilla, la mosca blanca u hongos como la Mycospharela continúen propagándose sin ningún impedimento.

“Hace 5 o 6 años podíamos cultivar con muy pocos tratamientos y costes bajos, mientras que, por otra parte, los precios que recibíamos por la fruta eran más altos, sin duda. Ahora la necesidad de tratamientos se ha multiplicado por 3 o 4 sin lograr controlar las plagas y los precios de venta también se han ajustado con el aumento de la producción”, señala el productor.

“La peor parte es que no tenemos medios eficaces para neutralizar las plagas y estas continúan expandiéndose con el tiempo. El año que viene podría ser mucho peor si no podemos acceder a tratamientos eficaces, lo cual va a generar un problema muy grave a este sector. Muchos productores abandonaron este cultivo el año pasado tras los resultados desastrosos que dejó la campaña por los precios irrisorios que recibieron. El avance imparable de las plagas nos hace plantearnos si vale la pena seguir invirtiendo o no en el kaki. Tengo experiencia en la producción y exportación de este producto y puedo decir que, si no cambian mucho las circunstancias, no le veo futuro”, concluye Eduardo Cifre.