Los investigadores exigen reconsiderar nuestras estrategias comerciales para garantizar que la población del Reino Unido tenga acceso continuado a las frutas y hortalizas.
El suministro de frutas y hortalizas en el Reino Unido cada vez se ha vuelto más dependiente de las importaciones de países vulnerables al cambio climático, según un nuevo estudio publicado en Nature Food.
El estudio, liderado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por sus siglas en inglés), ha incluido el análisis de datos de código abierto de 1987 a 2013. Se estima que la contribución nacional a la oferta hortofrutícola total en el Reino Unido ha disminuido del 42% en 1987 al 22% en 2013, mientras que las importaciones de estos productos desde países vulnerables al clima se ha incrementado del 20% en 1987 al 32% en 2013.
El equipo ha descubierto que la variedad de frutas y hortalizas importadas en el Reino Unido ha aumentado, y que se han producido importantes cambios en los tipos de frutas y hortalizas suministradas al mercado británico: las frutas tropicales han ganado popularidad, pero la oferta de hortalizas tradicionales ha disminuido considerablemente.
En 1987, 21 cultivos constituían el 80% del total de frutas y hortalizas suministradas el Reino Unido, que se elevaron a 27 en el 2000 y a 34 en 2013. La oferta de piñas pasó del 0,9% al 1,4% de la oferta hortofrutícola total, y las bananas pasaron del 3% al 7,8% en ese periodo.
Las coles pasaron de suponer el 7,5% de la oferta hortofrutícola total en 1987 al 2,5%; los guisantes, del 5% al 1,3%, y las zanahorias, del 7% al 5,8%.
Dada la evolución prevista del cambio climático mundial, los investigadores sostienen que la mayor dependencia en las importaciones hortofrutícolas de países vulnerables al clima podría tener un impacto negativo en la disponibilidad, el precio y el consumo de las frutas y hortalizas en el Reino Unido. Los investigadores han usado una serie de índices para evaluar la vulnerabilidad de los países al cambio climático actual y futuro, El análisis sugiere que los grupos más afectados seguramente sean los hogares con bajos ingresos.
Las frutas y hortalizas son ingredientes claves de las dietas saludables, pero, en todo el mundo, su consumo está muy por debajo de las recomendaciones internacionales actuales. Tan solo el 30% de los adultos y el 18% de los niños consume las cinco porciones diarias de frutas y hortalizas recomendadas en Inglaterra. Las frutas y hortalizas, normalmente, tienen una huella medioambiental más baja que la de los alimentos de origen animal, y esta doble contribución a la salud y a la sostenibilidad está cada vez más reconocida.
La doctora Pauline Scheelbeek, del Centro de Cambio Climático y Salud Planetaria de la LSHTM, quien ha dirigido el estudio, explica: "El comportamiento comercial actual del Reino Unido y el cambio climático hacen que la oferta de frutas y hortalizas en el Reino Unido no esté asegurada. El reconocimiento de que el comercio es un componente clave del sistema de alimentación, por lo tanto, es información vital para los responsables políticos".
"La mayor dependencia de las importaciones de frutas y hortalizas de países vulnerables al clima, si no se toman medidas adecuadas para la adaptación al cambio climático en los países productores, desembocarán en problemas de suministro hortofrutícola en el Reino Unido y, potencialmente, afectarán al precio y al consumo de dichos alimentos. Esto podría suponer un importante desafío para nuestros esfuerzos de fomento de un mayor consumo de frutas y hortalizas en el Reino Unido, tanto por motivos de salud como medioambientales", continúa la doctora.
El profesor Alan Dangour, director del Centro de Cambio Climático y Salud Planetaria en la LSHTM, indica: "Por las tendencias subyacentes en la producción y comercialización de alimentos, queda muy claro que el Reino Unido depende cada vez más de países vulnerables al clima para su abastecimiento de frutas y hortalizas. El Gobierno no puede ignorar esta evolución o estará fallando a su deber primordial de proteger a su población de futuros golpes. Llamo al Gobierno a hacer más por fomentar la producción alimentaria nacional, desarrollar resiliencia en el sistema nacional de alimentación y garantizar unas dietas sanas y sostenibles para todos".
El equipo de investigación afirma que los resultados son de particular importancia a la luz de los varios programas encabezados por el Gobierno, como la Estrategia Nacional de Alimentación, las Contribuciones Nacionales Determinadas del Reino Unido y la Estrategia contra la Obesidad, así como las negociaciones en curso para el brexit.
La doctora Pauline Scheelbeek añade: "Las implicaciones de la vulnerabilidad de nuestra estrategia comercial van más allá de las políticas tradicionales como dietas, salud, agricultura, economía y medioambiente. Debemos reconsiderar nuestra estrategia comercial para reducir la dependencia de países vulnerables al clima, importar de manera responsable y estudiar posibilidades de mejorar el consumo de frutas y hortalizas cultivadas de forma sostenible, entre ellas las producidas en el Reino Unido".
El estudio está sujeto a algunas limitaciones. Los datos comerciales de código abierto dependen de la información aportada por cada país, que pueden variar en calidad. Los índices utilizados para determinar la vulnerabilidad al clima son estimaciones modeladas y determinadas a nivel de país: la vulnerabilidad de cada punto concreto de producción de cultivos puede no coincidir con la media del país.
Más información: lshtm.ac.uk