Las cebolletas de Egipto pasan por momentos difíciles desde que el coronavirus comenzó a propagarse por todo el mundo. El final de la temporada pasada hizo que un exportador perdiese dinero en los envíos, y mientras los restaurantes permanezcan cerrados, una buena parte de los clientes en potencia no podrá hacer los pedidos habituales.
El año 2020 empezó con muy buen pie para las cebolletas egipcias. Según Mai Yassin, gerente de exportación en Stars of Export, la demanda fue muy buena al inicio de la temporada. Sin embargo, hacia el final, empezaron a surgir problemas. "En el año 2020, la temporada de las cebolletas egipcias ha sido buena en general. Los precios han sido muy buenos, así como las condiciones del mercado. El final de la temporada fue un poco diferente, porque el coronavirus empezó a propagarse con más fuerza por aquel entonces. Esto supuso que los últimos contenedores de la temporada enfrentaran algunas dificultades, lo que nos acarreó pérdidas económicas en estos envíos concretos".
La pandemia ha provocado el cierre de los restaurantes, y los hoteles tienen menos visitantes de lo normal. Esto también se ha traducido en la merma de las capacidades de producción de Stars of Export como empresa, señala Yassin. "Para la próxima temporada tenemos previsto cubrir nuestras bases, porque el mercado es lento y calmado ahora mismo. Las cebolletas se usan sobre todo en el sector del catering, es decir, para restaurantes y hoteles, más que para el consumo doméstico. Entonces, ahora que muchos restaurantes están cerrados en Europa, perdemos un porcentaje de clientes, y no precisamente pequeño. Por ese motivo ya estamos recibiendo menores pedidos que el año pasado para la próxima temporada. Pero lo mismo ocurre con nuestras capacidades de producción y procesamiento. Todo se ha desacelerado un poco para mantener a raya al coronavirus. Esto se hace para garantizar la seguridad de nuestros trabajadores".
"En el almacén todo el mundo usa mascarilla y hay que mantener la distancia de seguridad. Esto también se ha traducido en menos horas de trabajo, lo que supondrá una menor producción de cebolletas que el año pasado. Sin embargo, pese a ser inferior, también es, sencillamente, lo máximo que podemos hacer en estos momentos, teniendo en cuenta las medidas de seguridad", apunta Yassin.
Dado que todavía no existe cura o vacuna para la COVID-19, Yassin dice que tendrán que afrontar la próxima temporada de una forma muy distinta a la habitual. "Aún tenemos el foco puesto en el mercado europeo y, en concreto, teníamos un cliente nuevo en el Reino Unido. Sin embargo, cuando llegó el coronavirus, se hizo difícil cubrir sus necesidades, porque nuestra producción comenzó a aminorar. Por lo tanto, la temporada que viene no nos centraremos en firmar nuevos acuerdos, sino en garantizar la oferta que tenemos para nuestros clientes. Es difícil tener expectativas para la próxima temporada. Como el resto del mundo, simplemente estamos a la espera de una cura del coronavirus o una vacuna, para que nuestras vidas puedan regresar a la normalidad. Hasta entonces, tendremos que hacer frente a la situación tal y como es", concluye la gerente.
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Mai Yassin
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