La cosecha de cebolla española se ha reducido alrededor de un 40% este año debido a las influencia de las olas de calor en los rendimientos durante la etapa de crecimiento y desarrollo de los bulbos, que también ha hecho disminuir su calibre de forma generalizada. Así pues, la disponibilidad de cebollas grandes es muy limitada, aunque también lo es su demanda.
Los rebrotes de casos de COVID-19 de este otoño en Europa han hecho que los gobiernos de los principales países consumidores apliquen medidas de contención cada vez más contundentes, como el cierre casi total del canal de la restauración y la hostelería, el cual suele demandar tradicionalmente cebollas de gran tamaño. “La demanda de cebollas de calibre grande está prácticamente parada, mientras que en calibres medianos, los cuales abundan este año, está habiendo una demanda mucho mejor”, explica Luis Fernando Rubio, director de la Asociación de Productores de Cebolla de Castilla-La Mancha (Procecam), formada por más de 140 socios productores y con una producción que supera las 540.000 toneladas anuales.
De acuerdo con el representante de esta asociación, la pérdida del canal de la restauración se ha traducido en un aumento del 28% de las ventas para el retail, al haber crecido el consumo en los hogares, aunque señala que este no llega a compensar la pérdida del canal horeca, tan importante para dar salida a la cebolla de gran calibre, que es el más representativo para la exportación española. “Aunque ha habido un tímido repunte en los últimos días, el mercado de la cebolla grande está bastante parado. Apenas hay operaciones en unas fechas prenavideñas en las que solemos tener una demanda muy elevada. La situación es de una incertidumbre que nunca jamás se había vivido en este sector”, manifiesta Luis F. Rubio. “De momento, las cebollas grandes están bien almacenadas y conservadas a la espera de que, con la introducción de las vacunas en los próximos meses, podamos volver un poco más a la normalidad y vuelva a estabilizarse la demanda de cebolla al reencontrar sus canales habituales”, añade.
A diferencia de España, en el resto de países productores europeos se ha mantenido una cosecha similar a la de otros años, con una buena disponibilidad de calibres altos –medianos, en el caso de España–. “Afortunadamente, al haber más consumo en los hogares, la demanda de cebolla mediana está siendo buena y sus precios mantienen niveles aceptables, a pesar de que se han resentido un poco en las últimas dos semanas”.
Con la detención de las exportaciones de cebollas indias, España ha encontrado huecos en mercados asiáticos e incluso en el mismo mercado indio. Aunque lo más beneficioso para los exportadores españoles ha sido el crecimiento de las exportaciones de Países Bajos fuera de Europa, que este año ha batido récords. “Al quedar India fuera de los mercados internacionales, las cebollas holandesas, nuestras principales competidoras en calibres medianos, han destinado mucho más producto a países africanos y asiáticos, haciendo que la presión no sea tan fuerte en Europa, teniendo en cuenta la coyuntura actual de crisis sanitaria. Si empiezan a aumentar las vacunaciones en Europa, podríamos tener un repunte importante de la demanda de cebolla en Europa en el segundo trimestre de 2021”, concluye Luis Fernando Rubio.
Luis Fernando Rubio
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