La semana pasada, el banco holandés Rabobank presentó su visión sobre el sector de la fruta de pepita en un seminario web. En el informe titulado “El sector de la fruta de pepita en 2030: cultivar fruta barata sale caro”, el banco destaca que el sector holandés tiene una buena imagen y cultiva productos saludables de una manera más sostenible que muchos otros sectores agrícolas. Sin embargo, los autores, Arne Bac y Cindy van Rijswick, también ven un mercado saturado con mucha competencia, tanto entre los diferentes países productores como entre los fruticultores en los Países Bajos. Además, los costes laborales están aumentando, lo que pone en riesgo el cultivo.
El cultivo de fruta de pepita se puede comparar con el deporte de alto nivel y Rabobank indica que el riesgo debería ir acompañado de un alto rendimiento. Actualmente, el cultivo no está dando ese rendimiento superior y el banco está convencido de que la producción de fruta destinada a un mercado de bajos precios no es la solución. Aun así, ciertamente existen oportunidades para las empresas que quieren entregar productos de buena calidad que además satisfagan los deseos de los consumidores. Rabobank también ve oportunidades para las empresas productoras que se encargan de comercializar su cosecha ellas mismas o tienen otros ingresos además de la producción de fruta de pepita.
Mercado saturado
El mercado de la manzana en Europa está bastante saturado. La demanda está bajando y la cuota de mercado de la producción holandesa ya no crece en Alemania, el destino más importante de las manzanas holandesas. Por lo tanto, el futuro del sector holandés pasa por el cultivo de manzanas de alta calidad para el mercado local. Las peras, tradicionalmente un producto de exportación, seguirán vendiéndose principalmente en Europa. Como ocurre con las manzanas, el consumo de peras ya no está creciendo, por lo que el sector holandés no debe escatimar esfuerzos para mantener el nivel de ventas en el mercado europeo. Existen muy pocas posibilidades de expansión. Sin embargo, existen oportunidades para variedades de peras distintivas con, por ejemplo, un color diferente o un sabor nuevo.
Transparencia
Después de la presentación de Cindy, intervinieron también Gerard van den Anker, presidente de la Organización de Productores de Fruta de los Países Bajos (NFO), y Matthijs Nijhoff, de Triple F Fruit, una empresa importadora de frutas. Uno de los temas tratados fue la fijación de precios. No es un tema fácil, ya que la interpretación de lo que es justo puede ser diferente para los distintos actores de la cadena de suministro. Para Gerard, la transparencia en la formación de los precios es clave para lograr un precio justo. “La formación del precio al consumidor es a menudo un juego oscuro en el que no todo se muestra de forma nítida y clara. Hay que hacer que este proceso sea mucho más claro e inteligible”. El punto de partida es que cada eslabón de la cadena debe ganar dinero. “No puede ser que el productor se quede sin nada, ya que es él quien se esfuerza por cumplir gran parte de los deseos de los consumidores, por ejemplo en el ámbito social y ambiental. Entonces, debe ser un precio con el que el productor pueda desarrollar su negocio a prueba de futuro”.
Gerard van den Anker, Matthijs Nijhoff y Cindy van Rijswick
Matthijs también indica que la transparencia es muy importante. “Nuestra forma de trabajar con nuestros productores es completamente transparente. Nosotros comercializamos el producto y nuestros productores están informados sobre todos los costes que conlleva el proceso, desde la entrada del producto hasta su venta. Estamos a favor de una comunicación abierta”. Matthijs comenta que la colaboración con los retailers ha mejorado mucho. “En el mercado de los productos de importación, se están haciendo esfuerzos para que todos los actores puedan ganar dinero y existe cierta honestidad hacia los productores. Por supuesto, las fuerzas del mercado siempre determinarán en gran parte los precios, pero la honestidad es el futuro”.
Igualdad de condiciones
Uno de los asistentes mencionó el tema de las manzanas Jonagold de Polonia, que son muy baratas. Gerard cita la importancia de la igualdad de condiciones en toda Europa. "Somos una Europa unida, pero trabajamos con diferentes velocidades y diferentes normas". Gerard cree que las reglas del juego en realidad se están volviendo cada vez más desiguales. “Hablo de los requisitos de sostenibilidad y de biodiversidad y de las ambiciones paisajísticas. No puede ser que los productores holandeses tengan que atenerse a muchas más normas que los de otros países competidores".
Matthijs indica que no hay una diferencia visible entre una manzana Jonagold polaca y holandesa, pero que la producción y el precio de coste sí difieren. “Un productor holandés no puede competir con las producciones polacas en precio, pero tampoco hace falta. Creo que los diferentes socios de la cadena tienen que explorar las posibilidades de ventas de cada producto. ¿Qué manzana podemos vender de qué manera? Tenemos que abordar el problema así”. Manteniéndose alejado del mercado competitivo, el productor holandés aún tiene oportunidades para generar buenas ventas, de acuerdo con Matthijs, al igual que los productores de Nueva Zelanda, que también tienen altos costes de producción y productos más caros.