"Las heladas registradas del 6 al 8 y del 12 al 14 de abril de 2021 también han afectado a las parcelas de sandías y melones de nuestros productores, ubicados en las regiones de Toscana, Emilia-Romaña, Véneto, Lombardía y los Abruzos. Afortunadamente, los daños en los cultivos de invernadero son leves y aún no habíamos comenzado con los trasplantes en campo abierto", dice Tommaso Concari, director técnico de Op Bristol, una cooperativa italiana especializada en el cultivo y la comercialización de melones y sandías de alta calidad. "Podríamos llamarnos artesanos del melón. Somos especialistas en melón liso, en particular de la variedad Honey Moon".
(Fotos cedidas por Tommaso Concari - Op Bristol)
"Los daños en los invernaderos no están relacionados con pérdidas de producción. El mayor problema, sobre todo en las áreas precoces de la Toscana, reside en que ya se había producido el cuajado y por lo tanto las plantas detuvieron su progreso vegetativo. Antes de las heladas, todo indicaba que la cosecha se iba a adelantar respecto al año pasado debido al calor de febrero/marzo. Pero después hubo una desaceleración en el desarrollo de la fruta debida a la caída de las temperaturas, la lluvia y la falta de luz", continúa Concari. "En cualquier caso, la situación estará más clara en unos diez días, a principios de mayo. En estos momentos, todavía no sabemos cuándo exactamente podremos empezar con los primeros cortes".
(Fotos cedidas por Tommaso Concari - Op Bristol)
En el norte de Italia, especialmente en la sandía pero también en el melón, se observó una floración deficiente. "Hubo una gran disminución, si no ausencia, de flores femeninas. Esto ha llevado, por tanto, a la imposibilidad de un cuajado temprano. Actualmente, la situación está mejorando", subraya el director técnico. "Las plantas han retomado su desarrollo vegetativo y las abejas están polinizando. Mientras tanto, los primeros trasplantes en campo abierto también han comenzado a mediados de abril. Ahora esperamos que el tiempo siga siendo favorable".
(Fotos cedidas por Tommaso Concari - Op Bristol)
Concari señala que en los invernaderos ayudó el hecho de que el suelo estuviera más cálido, a pesar de que las temperaturas bajaron mucho también allí. "Mediante las sondas inalámbricas que estamos probando con la Universidad de Florencia, hemos visto una caída repentina de temperatura en las capas más profundas del suelo en el cultivo protegido. Esto indica que el frío también se sintió fuertemente en los invernaderos".
Haga clic aquí para ampliar la imagen. (Imagen cedida por Tommaso Concari - Op Bristol)
El director técnico de Op Bristol destaca también el aspecto económico relacionado con las heladas. "El frío no solo ha ralentizado el cultivo, sino que ha aumentado también los costes del manejo de las plantas y de la mano de obra. De hecho, en abril, los invernaderos suelen estar abiertos para favorecer el intercambio de aire y la disminución de la humedad relativa, para estimular la floración de las plantas. Pero con las bajas temperaturas del último período tuvimos que abrirlos de día y cerrarlos de noche, además de hacer un uso más prudente del riego. Este año, por tanto, ya estamos teniendo mayores costes a estas alturas de la temporada".
(Foto cedida por Tommaso Concari - Op Bristol)
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