Unión de Uniones, tras la revisión de las memorias anuales de las grandes cadenas de distribución alimentaria, destaca el notable crecimiento de sus beneficios durante la pandemia de la COVID-19.
La organización destaca el caso de Mercadona, que cerró 2020 con unos beneficios de 727 millones de euros y una facturación bruta de 26.932 millones, lo que supone un aumento del 17% y del 5,5% respectivamente respecto al año pasado. Esto sitúa a la cadena de supermercados un año más como la cadena de distribución con mayor cuota de mercado a nivel estatal con un 24,5%, una de las más altas de Europa, y la más alejada del segundo puesto, ocupado por Carrefour, con un 8,4%. La cadena francesa superó la barrera de los 10.000 millones de facturación y aumentó en un 7,1% sus ventas respecto al año anterior. No obstante, hay que señalar que el negocio de ambas incluye, además de productos de alimentación, otros de higiene personal y hogar.
La brecha de precios productor-consumidor más alta de los últimos 6 años
La organización no demoniza por estos datos a la distribución alimentaria. “Es bueno para todos que haya empresas en España que funcionen bien”, opinan, “pero es evidente que el negocio de la alimentación es próspero incluso en las crisis y es injusto que esa prosperidad no llegue también en una parte equitativa a los agricultores y ganaderos”.
Los datos que confirman este hecho son los de Eurostat, que indican que los precios pagados por el consumidor en 2020 se situaron de media 7,9 puntos por encima de los precios de 2015, mientras que los precios pagados a los productores apenas se situaron 2,1 puntos por encima. Esto sitúa la brecha de precios entre el consumidor y el productor en los 5,8 puntos, la más alta de los últimos seis años.
Por esta razón a Unión de Uniones muestra su sorpresa con que el Ministerio de Agricultura y el Grupo Socialista en el Congreso estén siendo tan poco receptivos a enmendar la Ley de la Cadena Alimentaria, más allá de la transposición de la Directiva europea sobre prácticas desleales que, por otra parte, es obligatoria.
En este sentido, sigue trabajando incesantemente para que se defina la posición de dominio en la Ley de Cadena alimentaria y así evitar que las grandes corporaciones abusen de su posición de fuerza económica, asegurando una competencia efectiva –la organización propone definir la posición de dominio con un 8% de la cuota de mercado–.
Asimismo, la organización ha propuesto a los diferentes grupos del espectro político que propongan modificaciones a la ley con respecto a la definición de la reventa con pérdidas, la ampliación del alcance de la ley y la transposición correcta a nivel estatal de la Directiva Europea sobre prácticas desleales.
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