En la comarca aragonesa del Bajo Cinca arranca lentamente la campaña de la cereza con las variedades más tempranas, después de unos meses en los que la inestabilidad meteorológica de la primavera ha dejado su huella en las frutas dulces de la región. Y en las parcelas de Mequinenza, Llamfruit comenzó la recolección de cerezas a finales del mes pasado.
“Empezamos a cosechar los primeros volúmenes de cerezas el 27 de abril. A pesar de que en la zona hubo heladas, en la cereza no hemos tenido ninguna afectación. Al principio sí que tuvimos en la primera variedad un 50% de cracking por las condiciones de humedad y las lluvias, y fruta con niveles de azúcares no muy elevados, pero ahora nos está respetando el tiempo y estamos cosechando cereza con muy buena calidad. De hecho, esperamos llegar al millón y medio de toneladas de cerezas esta campaña”, explica Carlos Llambrich, gerente de la empresa zaragozana especializada en esta fruta.
Pese a ser el inicio de la campaña, según Carlos se observa cierta presión a la baja en los precios en el mercado. “La cereza de invernadero de nuestro socio productor Javier de Pablo sí está obteniendo buenas cotizaciones, pero la de campo abierto ha sentido un poco más de presión en esta semana”, afirma. “El problema es que, aunque ahora mismo no hay mucha cereza temprana en el mercado, hay fruta que no es de buena calidad. Esto está presionando los precios y se está llegando a ofertas bastante baratas. No obstante, los clientes que nos conocen saben el producto que tenemos y confían en que no habrá problemas: saben que cuando enviamos el producto a exportación es porque la calidad que tiene va a permitir que llegue bien. Eso es lo que nos está librando y haciendo que en Llamfruit estemos manteniendo unos precios correctos”.
La exportación es el destino principal para la fruta comercializada por la empresa, que envía las cerezas que produce en sus fincas de Aragón a mercados tan lejanos como Malasia, Singapur o Hong Kong. “Ya estamos enviando toda nuestra fruta fuera de España excepto las calidades que no aguantan un tiempo de tránsito largo, que las estamos destinando para el mercado nacional, aunque aún no hemos empezado con los mercados asiáticos. Estamos esperando poder enviar una fruta que aguante un poco más y que tenga una mayor coloración y dulzor. En estos mercados se pagan buenos precios por la fruta, pero tiene que ser perfecta”, subraya.
Al igual que en el mercado nacional y europeo, las demás zonas productoras españolas ejercen cierta competencia para la fruta producida en el Bajo Cinca, cuyo microclima le permite ser de las primeras zonas con producciones de cereza a campo abierto en Europa, la fruta estadounidense representa la mayor rivalidad en ultramar. Y este año las expectativas de cosecha en California parecen ser positivas. “Por eso nosotros enviamos todo por vía aérea”, matiza el gerente de la empresa con sede en Mequinenza. “Al ser una zona precoz nos interesa llegar antes de que Estados Unidos empiece a enviar contenedores con su fruta y con unos costes más baratos”.
La empresa zaragozana está actualmente inmersa en un proceso de expansión de su actividad que se ha concretado con la inversión en nuevas hectáreas de producción en la provincia, y que continuará el año que viene con la ampliación de sus instalaciones en Mequinenza. “Con la ampliación de superficie de 60 hectáreas que hicimos en la zona de Caspe esperamos aumentar nuestro volumen de producción en pocos años hasta los 3 millones de kilos”, anuncia Carlos Llambrich.
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