"El tiempo atmosférico determina el mercado de la fruta. Mientras haga frío y llueva mucho, las ventas de frutos rojos no despegarán", observa Michel van den Berg, de la empresa holandesa De Best AGF. "Estamos mucho menos ocupados que el año pasado por las mismas fechas, cuando en el primer confinamiento todo el mundo estaba en casa y muy preocupado por su salud. Ahora la gente se está cansando mucho de todas las restricciones".
"Pero, sobre todo, echamos de menos el buen tiempo para que las ventas fluyan. El año pasado tuvimos una primavera maravillosa y esto nos dio una enorme ventaja. Nuestros clientes son principalmente comerciantes de mercados ambulantes y fruterías, que dependen mucho de las compras impulsivas. Y es que cuando hace buen tiempo, a la gente le gusta pasear por los mercadillos al aire libre y comprar su fruta allí. Pero ahora la gente prefiere meterse en un supermercado, en lugar de hacer cola frente a la puerta de la frutería o en los mercados ambulantes", prosigue el mayorista de La Haya. "Ayer hizo buen tiempo, pero, desafortunadamente, el pronóstico para las próximas dos semanas no es prometedor. Esperemos que mejore a finales de mayo".
"Además, el suministro de muchos productos se está retrasando. Tomemos como ejemplo las fresas, por no hablar de los espárragos, porque estos apenas están disponibles. Nosotros pagamos 8-9 euros por un kilo de espárragos de buena calidad, mientras están en promoción por 6 euros el kilo en los supermercados. Simplemente no podemos competir con estos precios. Las sandías marroquíes ahora se venden por 60-70 céntimos, mientras que el año pasado rondaban los 1,20 euros a estas alturas de la temporada. Cuando hace buen tiempo, las sandías vuelan, pero con este frío la gente no tiene ganas de fruta de verano. Para ello necesitamos un tiempo estable y temperaturas de alrededor de 20 grados".
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Michel van den Berg
De Best AGF
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