“Desde hace meses venimos analizando de manera periódica el número de interceptaciones que publica TRACES, dependiente de la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, con respecto a la detección de cítricos importados a la UE infectados por plagas o enfermedades de diversos tipos”, explica la presidenta del Comité de Gestión de Cítricos e Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu.
“Los datos muestran que 2021 ha supuesto, con mucha diferencia, un año récord: 200 partidas interceptadas hasta noviembre, solamente del pequeño porcentaje que se muestrea, según los últimos datos disponibles”.
“Tanto desde Intercitrus como desde otras organizaciones sectoriales de Francia, Italia o Portugal, así como entidades propiamente europeas como COPA-COGECA o FruitVegetablesEUROPE (EUCOFEL), venimos advirtiendo a las máximas autoridades a nivel nacional, representadas por el Excmo. Sr. Julien Denormandie (Francia), el Excmo. Sr. Stefano Patuanelli (Italia), la Excma. Sra. Maria do Céu Antunes (Portugal) y el Excmo. Sr. Luis Planas (España) como ministros de agricultura, y a las autoridades europeas competentes (Comité Permanente Fitosanitario) que nos encontramos a las puertas de una crisis fitosanitaria de primer orden. El Grupo de Contacto de Cítricos hemos señalado de forma insistente durante los últimos meses que ya hemos agotado el tiempo y que tenemos que actuar antes de que sea demasiado tarde”.
"Desde el año 2000 se han introducido en la UE 15 patógenos foráneos, de los cuales 7 están clasificados como prioritarios por su impacto económico y ambiental. Asimismo, existe un grave riesgo de entrada de la falsa polilla (FCM), la mancha negra (CBS) o el greening (HLB), organismos nocivos altamente peligrosos por la magnitud de los daños que pueden ocasionar; por no hablar de patógenos foráneos ya establecidos en Europa como la Xylella fastidiosa o el cotonet de Sudáfrica".
“Con los datos actuales, podemos afirmar que estamos ante un momento crítico, no solo porque estas plagas y enfermedades afecten a la citricultura europea, sino porque afectan al sector hortofrutícola en su conjunto. De acuerdo con la EPPO, algunos de estos patógenos afectan a más de 70 especies vegetales, incluyendo multitud de cultivos frutales. Por tanto, no se trata de una cuestión que atañe solamente al sector citrícola o a un país en particular, sino a gran parte de las plantaciones y cosechas a lo largo y ancho del continente europeo y, por tanto, a sus ecosistemas”.
“De extenderse por Europa, la magnitud de los posibles daños sería incalculable; supondría un desastre ecológico, tendría graves consecuencias socioeconómicas y rompería las cadenas de suministros locales de un sector estratégico, el primario, lo que dejaría a la UE en una posición de absoluta dependencia del mercado exterior para abastecerse de frutas u hortalizas”.
Así pues, la gran pregunta es: “¿Por qué terceros países productores de cítricos exigen el cold treatment por motivos de seguridad y sanidad vegetal, y no lo hacemos en la UE?”, plantea Inmaculada.
Fuente: efeverde.com