Si hay un problema que está adquiriendo cada vez más importancia en el cultivo del aguacate en España por el aumento de su magnitud, ese es la muerte regresiva. Esta fitopatología de origen fúngico, cuyos síntomas comienzan a aparecer en los extremos de las ramas de los árboles con la muerte progresiva de los tejidos desde los más distales a la base –lo que le ha valido su nombre popular de “rama seca”–, siempre ha existido y hasta ahora no se le daba gran importancia, explica la investigadora de la Universidad de Málaga Eva Arrebola; pero desde hace 3-4 años está volviéndose muy preocupante.
“Mientras antes afectaba solo a algunas ramas, ahora la muerte regresiva afecta a la mitad de un árbol y, lo más alarmante, está afectando, en mayor o menor medida, a la producción. Incluso vemos que los árboles pequeños se secan enteros. La muerte regresiva se produce por una familia de hongos llamada Botryosphaeriaceae, formada por más de 25 géneros que se ramifican en unas 1.500 especies. Todos ellos pueden producir enfermedad en diferentes frutas, como el aguacate, la vid o el nogal, y son de transmisión aérea”.
“Eso dificulta su control, ya que, aunque en una finca se esté realizando un gran esfuerzo por mantener a raya la enfermedad, si la de al lado o la de enfrente están afectadas, el hongo llegará. Los hongos aéreos tienen una transmisión tan amplia que las enfermedades que generan pueden recorrer el mundo, como ha ocurrido en este caso”. Y es que la muerte regresiva del aguacate es una preocupación en otros orígenes productores donde se observa con atención su evolución mientras se mantiene la esperanza de que se desarrollen estrategias efectivas para hacer frente a la enfermedad.
Neofusicoccum parvum.
Aunque si esta familia de hongos siempre ha existido y ha estado presente en las plantaciones afectando de una manera limitada a los árboles, es inevitable que surja una pregunta: ¿por qué ahora es más preocupante?
“La respuesta podría estar en el cambio climático”, afirma Eva. “Los eventos como sequías, lluvias, viento… son cada vez más extremos y debilitan a los árboles, de manera que esos hongos que siempre han estado ahí en equilibrio porque los árboles podían combatirlos están teniendo la posibilidad de expandirse”.
“De hecho, se habla de que en la Axarquía prácticamente todas las fincas están afectadas en algún porcentaje por esta enfermedad, sobre todo las que tienen árboles jóvenes trasplantados hace poco tiempo que no tienen la envergadura para soportar el ataque del hongo. Según la observación de los propios agricultores, podría haber diferentes resistencias a la muerte regresiva en función de la variedad de aguacate, siendo la Bacon la que estaría mostrando la mayor resistencia; en cuanto a la Hass, la variedad más plantada, se estaría observando una resistencia intermedia”.
“En dos años habremos desarrollado un protocolo que ayudará a su control”
Solo en la provincia de Málaga y, más concretamente, en la comarca de la Axarquía, existen más de 7.000 hectáreas de producción de aguacates. El éxito de esta industria, que ha convertido a esta región en la mayor productora de aguacates de toda Europa, ha sido el resultado de la decidida apuesta de los agricultores de la comarca por el cultivo de esta fruta subtropical altamente demandada en el mercado internacional; pero ha requerido de una inversión igualmente alta que ahora se ve amenazada por la expansión de la denominada muerte regresiva.
Por ello, en un convenio suscrito entre la Universidad de Málaga y la mayor cooperativa de aguacates de la provincia, TROPS, junto con dos de los mayores viveros malagueños, Viveros Blanco y Viveros Brokaw, se está llevando a cabo una investigación a través de la cual se busca establecer un protocolo que permita un mayor control de la dispersión del hongo y la mitigación de la enfermedad en los campos, para ofrecer a los agricultores de esta importante industria una solución en el menor tiempo posible.
“La agricultura ecológica es el futuro, por ello, en nuestro trabajo estamos centrados en la búsqueda de soluciones dentro de este marco, combinando estrategias como el biocontrol, el uso de compuestos naturales o el manejo en campo. Es un problema serio que requiere solución con un horizonte razonable. En este sentido, llevamos ya 3 años de investigación y creemos que en dos años habremos desarrollado un protocolo que, aunque no será mágico, ayudará a su control”, comparte Eva.
“Hay que decir que este año la muerte regresiva está siendo especialmente preocupante debido a la sequía. Las altas temperaturas y las bajas dotaciones hídricas en un cultivo que se desarrolla totalmente en régimen de regadío están haciendo que este año haya mucho estrés en los árboles; y también en los agricultores”.
Para más información:
Eva Arrebola
www.mamgroup.es