Dados los continuos aumentos de precios y costes, la preocupación se extiende no solo en el mercado de los productos frescos, sino también, cada vez más, en la industria procesadora, afirma Christoph Freitag, director general de la Bundesverband der Obst-, Gemüse- und Kartoffelverarbeitenden Industrie (BOGK).
Subidas de precios del 40%
"En estos momentos, todas las empresas se enfrentan a subidas de precios de al menos el 40% en todos los ámbitos. Los mayores problemas son, por supuesto, los aumentos del precio de la energía. Algunas empresas habían firmado previamente contratos a largo plazo, mientras que para otras los contratos ya han expirado y, por tanto, tienen que comprar su energía en el mercado al contado. Esto significa que en algunos casos tienen que pagar mucho menos por la mañana que por la tarde, por ejemplo, lo que genera una gran incertidumbre", dice Freitag.
"Además, hay una gran escasez de conductores. Sin embargo, los minoristas a veces parecen ignorar por completo este problema, y siguen pidiendo palés individuales, lo cual es insostenible a largo plazo, porque los proveedores a veces tienen que desplazarse a varias tiendas para llevar palés individuales. En este sentido, la comunicación entre la industria y el comercio tiene margen de mejora".
Pérdidas de cosecha de hasta el 40% en patatas, guisantes y judías
En el sector de la patata se han registrado fuertes pérdidas de cosecha, alcanzándose el 40% en algunas regiones, como, por ejemplo, en el Alto Palatinado. "En cuanto a los guisantes y las judías, el rendimiento ha sido un 40% menor. Pero es un problema general. Se han registrado pérdidas en todos los productos que no se pueden regar bien con el riego por goteo, como los guisantes y las judías. En cuanto a los pepinos, la remolacha y similares, la cosa pinta mejor. Aquí, el rendimiento de los cultivos ha sido de normal a bueno", afirma Freitag.
"Nuestros socios se dedican sobre todo a transformar fruta en mermeladas, por lo que obtienen sus productos congelados casi exclusivamente del extranjero. Esto incluye arándanos de Canadá y Finlandia, ciruelas de Perú y Chile, o fresas de Marruecos, China, Portugal y España. Estos dos últimos países también han tenido algunas dificultades este año, pero, en general, parece que volvemos a estar en una buena posición a nivel mundial". En comparación con el año pasado, indica, este año ya no hay una gran escasez de frambuesas.
Mejorar la gestión del agua para asegurar el futuro de la producción hortofrutícola alemana
Sin embargo, parece que todavía hay margen de maniobra en un aspecto: "Si conseguimos gestionar mejor el agua, tendremos la oportunidad de mantener el cultivo de frutas y hortalizas en Alemania, y la industria podrá seguir accediendo a materias primas nacionales. Lo que se ha conseguido con los pepinos este año debería ser transferible a otros cultivos".
Añadió que los ingresos generados por la venta de productos hortofrutícolas procesados cayeron de 8.400 millones a 8.200 millones de euros en 2021. "Eso todavía no era motivo de preocupación, puesto que, además, en 2021 se registró un resultado mejor que en 2019. En cualquier caso, el 2020 fue el año en que se registró el máximo absoluto, lo que a su vez fue un efecto de la pandemia, ya que los consumidores se abastecieron de más productos enlatados durante este período", recuerda Freitag.
Por el momento, no ha habido muchas quejas por parte de miembros de la BOGK. "Analizando el año en su conjunto, es probable que las ventas en euros aumenten debido a la inflación, mientras que los volúmenes de venta, sin embargo, seguirán siendo los mismos. Además, hay pocos indicios de problemas importantes, ya que las cosechas de este año han sido buenas".
Aguantar hasta el verano
"Todavía no se ha perdido ninguna operación en la industria de la transformación. Todo el mundo está dispuesto a aguantar hasta la próxima cosecha en verano. Pero habrá que ver cómo queda la cosa después de ese periodo", dice Freitag. La mayoría de las explotaciones están en condiciones de renegociar los precios del gas. "Los miembros están contentos de, al menos, no tener que lidiar también con la tasa del gas".
Freitag también admite que la mayoría de las personas con las que ha hablado quieren que se mantenga el orden en el mercado libre. "Eso implica, en primer lugar, que el Gobierno intervenga lo mínimo posible. En segundo lugar, sin embargo, esto requiere un mercado funcional con suficiente comercio. Mientras solo exista el monopolio de las cuatro grandes cadenas de distribución, y no haya un verdadero mercado libre, eso será difícil".
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Christoph Freitag
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