España es el primer productor europeo de fruta de hueso y líder indiscutible en su exportación a nivel mundial, aunque su oferta lleva 3 campañas seguidas viéndose mermada debido a heladas y granizos, las cuales confirman un cambio climático. Los problemas de rentabilidad crecen a medida que los costes de producción aumentan, así como el impacto de la climatología adversa. Esto y la demanda de un mercado que pide fruta sabrosa, bien merece una revisión en la estructura de la producción a nivel varietal y de su comercialización, como es el caso de la ciruela.
Según datos de Europech, tras una campaña 2021 con la menor producción histórica de fruta de hueso en el conjunto de los países europeos, en el año 2022 se produce una recuperación generalizada a excepción de España. Por segundo año consecutivo las heladas primaverales han provocado importantes pérdidas en las frutas hueso, en este caso en España. Mientras que el año pasado Italia y Grecia estimaban descensos de entre el 35% y el 50%, este año se produce una recuperación del 41% y 64% respectivamente, acercándose a valores medios de producción. Por su parte Francia, además de recuperarse en un 47%, también se sitúa un 2% por encima de la media. España, con una cosecha de alrededor de 1,15 millones de toneladas, es el país más afectado por las heladas, experimenta una reducción de la producción en un 31% respecto a 2021, que también resultó menor a 2020 y un 42% respecto a la media.
“El cambio climático está jugando malas pasadas al sector agrícola en general, incluyendo a la fruta de hueso, donde en los últimos años están teniendo lugar adversidades que diezman las cosechas de forma importante”, cuenta Luis Aliseda, director del centro de I+D de la obtentora extremeña Viveros Provedo. “Los inviernos tienden a ser más cálidos y las primaveras más frías de lo habitual, con consecución de heladas cada vez más tardías en las últimas campañas. Este año hemos perdido la producción del norte de la península ibérica, en Cataluña y Aragón. En Extremadura, no se ha perdido cosecha por las heladas, pero hay olas de calor cada vez más fuertes y lluvias tardías, ya que el cambio climático hace que se exacerben los extremos. Es por eso que el sector requiere de una mayor implementación de métodos técnicos para combatir estas adversidades, como los sistemas anti heladas o las mallas de protección anti granizo, pero creo que es muy importante emplear los medios genéticos que disponemos para la adaptación de los cultivos”.
La empresa extremeña está trabajando desde hace unos 15 años en materiales adaptados a los cambios que está experimentando el clima. “Hasta ahora todo el material que se estaba seleccionando era para floraciones precoces, ya que se buscaban sobre todo variedades tempranas. En los últimos años hemos roto con esta tendencia y hemos estado trabajando en un grupo de variedades en el que combinamos bajas necesidades de frío con floraciones muy tardías. Esto asegura que las variedades serán productivas en invierno, independientemente de las condiciones que se den, y correrán menos riesgos al florecer unas semanas después”, afirma Luis Aliseda. “Ya hemos presentado tres variedades de nectarina con estas características y cuatro melocotones rojos y esperamos seguir avanzando en esta línea”.
“Se está viendo como el sabor está siendo determinante en el consumo de fruta de hueso”
“La fruta de hueso tiene que ganarse la vuelta al sabor. Muchos productos han perdido el sabor porque se ha aumentado la productividad exponencialmente. Una campaña con carencia de fruta y baja demanda nos está enseñando cuáles son los gravísimos problemas que encontraremos cuando haya plena producción. El consumo va dirigido hacia el sabor, claramente. Este año se ha visto cómo los consumidores han preferido otros productos, cuando los nuestros no sabían bien”, manifiesta Luis Aliseda.
De todos los problemas estructurales que pueda tener el sector de la fruta de hueso, con su gran amplitud de variedades disponibles en distintas especies, muchas de las cuales no satisfacen las expectativas de los consumidores, productores y distribuidores, destaca el caso de la ciruela, que lleva más de cuatro años con falta de rentabilidad. De hecho, esto llevó a que terminada la campaña de 2019 se arrancaran más de 2.000 hectáreas de producción en un solo año, y desde entonces se ha mantenido una tendencia a la baja. Este año, las ventas se han vuelto a atascar bastante durante el mes de julio, ya que aunque en los últimos años se han arrancado plantaciones obsoletas, parece que sigue ‘sobrando’ ciruela en la primera fase de la campaña por su mala calidad en términos de sabor.
“Hay que tener en cuenta que una ciruela compite con el melón y la sandía, así como otras especies de frutas de hueso en la gama de productos de verano. Si los consumidores compran y se desencantan, no repiten compras sino que buscan alternativas. Esto ha provocado una pérdida importante de mercado en los últimos años”, explica Luis Aliseda.
Además de que todavía hay abundancia de variedades con poco sabor en el mercado, otro de los principales causantes de que la ciruela pierda valor es la recolección prematura del fruto, exigida por el propio mercado. “Es un problema recurrente que, desafortunadamente, se repite en los últimos años y que este año se ha exacerbado ante la falta de fruta de hueso a nivel general en el país, quedando fruta en las cámaras sin salida comercial por ser rechazada. Es difícil para un productor decir que no cuando el canal comercial demanda y los precios son atractivos, ya que a lo largo de la campaña no hay seguridad ni estabilidad en el mercado. Luego viene un efecto acordeón cuando el mercado corta la compra porque se acumula mucho producto de mal sabor en las cámaras y es difícil de vender” continúa el experto.
“Tenemos que anticiparnos. Parece complicado, pero es sumamente sencillo. Las reglas del mercado son bastante primarias, y es que todas las partes involucradas quieren salir ganando: Los productores quieren más kilos, los supermercados no quieren tirar fruta y piden que aguante lo máximo posible en los lineales de fruta, mientras que los consumidores buscan fruta que tenga sabor”, expone Luis Aliseda.
“¿Que hemos hecho nosotros como obtentores? Sacar materiales con más vigor, mantener los niveles de azúcar de las variedades más sabrosas tradicionales, pero logrando una mayor dureza a nivel comercial. En uva, melón y sandía, por ejemplo, se ha hecho este trabajo, al igual que en otros productos, algo que juega a favor de ellos y en contra de la fruta de hueso en general. Acabamos de terminar una serie de variedades de ciruela de alto sabor, con unos niveles mínimos de azúcar de 17 grados Brix, con un fuerte componente aromático y que se cosechan desde finales de junio hasta finales de septiembre, con una diferencia en el calendario de recolección de una o dos semanas entre variedades. Se trata principalmente de variedades de carne roja, aunque también las hay de carne amarilla. Y es que, cuando la variedad ofrece un sabor extraordinario, el color de la carne pierde importancia”, sostiene.
“Variedades como Black Splendor, han llegado a hacer colapsar el mercado por falta de sabor ya en sí y por recolectarse antes de lo debido al ser los precios atractivos, por lo que, cuando ha llegado al mercado se ha visto rechazada, mientras que otros productos de buen comer se han vendido ‘volando’. La ciruela tiene mucha acidez cuando se cosecha verde. Hemos conseguido nuevas variedades de ciruela jugosas a pesar de que se cosechen un poco antes de lo que se debería, pensando en el comportamiento de los agricultores, por lo que el mercado se encontraría con algo comestible. Tenemos asumido que es difícil cambiar el comportamiento de los agricultores y del canal comercial, por eso nos adaptamos a ellos desde la genética. Lo que pretendemos es incrementar el consumo de fruta de hueso, el tema de los precios ya es otra cuestión. O hacemos que se incremente el consumo o cuando venga la producción que tiene que venir, tendremos un problema. Queremos llevar el consumo de la ciruela a los niveles en los que está la uva de mesa o el melón, dando seguridad de compra al consumidor”.
De acuerdo con Luis Aliseda, es normal que los agricultores se muestren escépticos, porque no tienen la seguridad de si la fruta de sabor es tan productiva, pues necesitan unos rendimientos mínimos. ”Ahora tienen que probar que estos nuevos materiales, además de ser productivos, tienen sabor. Esperamos que el mercado siga desarrollándose y se empiecen a notar cambios en las próximas campañas”.
El experto también señala que “este año, todos los obtentores y viveros preveíamos mayores ventas de nectarina, pues hemos puesto mucho esfuerzo en esta especie, ya que, al tener una piel sin pelo, es más agradable en boca. Sin embargo, este año ha habido una mayor tendencia hacia el melocotón. Y es que, al tener vello, su transpiración es diferente, más porosa y, por tanto, más aromática y superior organolépticamente respecto a la nectarina. El mercado lo está acusando, busca sabor claramente y hay muchos detalles de alarma, ya que se observa un exceso de oferta de nectarina en un mar de fruta donde las hay ricas al lado de inmaduras o ácidas, por lo que se ha ido igualando su precio con el del melocotón”
La diferenciación seguirá siendo un reto en el mercado de la fruta de hueso. “Aunque se están introduciendo variedades que tienen sabor, cuesta, de momento, conseguir una diferenciación en el mercado de la fruta de hueso. El mercado no hace ninguna diferenciación, sino que engulle todo y va a parar a los lineales. Seguirá siendo un reto diferenciar la fruta sabrosa de la que no lo es. Nuestra línea Extreme® es una oportunidad de identificación. Todas las variedades sabrosas son Extreme®, que queda como una marca asignada de por vida para su diferenciación, pues es su nombre”, concluye Luis Aliseda.
Para más información:
Luis Aliseda
VIVEROS PROVEDO, S.A.
M: + 34 629 237 883
[email protected]
www.extremebyprovedo.com
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