El río Guadalquivir, a su paso por las provincias de Córdoba y Sevilla, atraviesa una amplia y fértil vega considerada como una de las principales zonas agrícolas de Andalucía. Y es allí donde se cultivan las naranjas con la marca de garantía Naranjas del Valle del Guadalquivir, cuya campaña acaba de comenzar con la recolección de las primeras frutas en un año en el que se prevé una disminución de la producción “significativa con respecto a la producción final y real de la campaña pasada debido a diversos factores”, explica Antonio Carmona, presidente de Palmanaranja y gerente de la SAT Sunaran. Y es que la primera estimación de campaña presentada por la Consejería de Agricultura apunta a que la cosecha de naranjas en Andalucía será esta campaña un 29,9% menor a la anterior.
“Hay que tener en cuenta que, tras una campaña de producción alta, al año siguiente suele haber una reducción normal de la cosecha por el propio comportamiento del cultivo. Aunque este año será más acusada por la situación problemática que tenemos por la sequía en Andalucía, ya que las distintas comunidades de regantes de la comarca han sufrido una reducción importante de las dotaciones de agua para el riego de las plantaciones. Sin embargo, esta disminución de la producción no quiere decir que no vayamos a tener disponibilidad de fruta para atender a los mercados en los que se comercializa nuestro producto”, remarca Antonio Carmona.
“A nivel comercial, este año estamos intentando que se comprenda, además de la bajada de producción, el aumento de costes que venimos sufriendo todos los sectores y del cual el nuestro no es ajeno, tanto a nivel de producción en campo como en los almacenes donde confeccionamos el producto. Han subido de manera importante las materias activas, los fertilizantes, la energía, los combustibles, los materiales de confección…”.
“Por eso, desde los primeros contactos comerciales y negociaciones que estamos realizando esta campaña, nuestro objetivo es que el mercado sea consciente de esta situación y que los precios de venta de la fruta se adecúen a la subida de costes que se ha producido para que al final todos los eslabones de la cadena puedan tener su retorno, empezando por los productores. Lógicamente, entendemos que los clientes también tienen esa misma problemática de aumento de costes e inflación, pero estamos intentando conseguir un equilibrio para que la actividad siga siendo rentable para todos”.
El Ministerio de Agricultura pone cifras a ese encarecimiento a través del índice de precios pagados del sector agrario, que mide la evolución nacional, mensual y anual, de los precios que paga el agricultor por los medios de producción utilizados en su explotación. Teniendo en cuenta el retraso que asociado a su cómputo, los últimos datos disponibles, pertenecientes a junio, revelan que los precios pagados por los bienes y servicios agrarios en España aumentaron en general en junio de 2022 un +40,16% respecto a lo registrado en junio de 2021. En concreto uno de los insumos cuya falta de disponibilidad preocupa más –y que, de hecho, fue uno de los principales temas abordados en el último Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea–, los fertilizantes, se situaron en junio un 98,49% por encima de los precios un año atrás.
Observando la dimensión de las cifras se hace más fácil aún comprender que la sostenibilidad del sector solo será posible si es capaz de repercutir esos incrementos, algo que solo se puede conseguir a través del valor percibido por la producción. “Todos debemos ser conscientes de que hay que subir el nivel de precios de venta del producto respecto a otros años, tanto en campo como el del producto confeccionado. Quizás sea esta la campaña a partir de la cual todos vamos a entender finalmente que es necesario adecuarnos a las circunstancias”.
“Echamos de menos una campaña de promoción del consumo de naranjas que debería partir de la interprofesional”
La Asociación para la Promoción de las Naranjas del Valle del Guadalquivir, que pertenece a la Mesa de Cítricos de Andalucía junto a las principales organizaciones agrarias, funciona como un punto de encuentro para toda la industria de la comarca, cuya misión es velar por la defensa y el desarrollo del sector de los cítricos del Valle del Guadalquivir, así como por su promoción, explica Antonio Carmona.
“El mercado principal para la naranja andaluza sigue siendo Europa, pero hoy día nuestra naranja llega a cualquier lugar del mundo: desde el este de Asia a Norteamérica; de hecho, Canadá es un país que en los últimos años ha ganado mucha importancia. En Sudamérica también hay países que se interesan por la naranja andaluza, así como en África y Oriente Medio”.
“En relación con el mercado doméstico, muchas de las distintas organizaciones del sector coincidimos en que quizás uno de los datos más preocupantes es la bajada del consumo de cítricos. Por eso, además de las distintas labores de promoción que podemos desarrollar cada organización o cada comunidad autónoma de manera particular, echamos de menos una campaña de promoción a nivel nacional para incentivar el consumo de naranjas, que posicione la garantía y la calidad del producto español, y que debería partir de la interprofesional”.
Para más información:
Asociación para la Promoción
de las Naranjas del Valle del Guadalquivir
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