El mercado de la cebolla se presenta complicado este año. "Que yo sepa, las cebollas holandesas nunca habían sido tan caras tan pronto en la temporada", afirma Piet van Liere, de FlevoTrade. Pero, según este exportador holandés, estos precios elevados tienen una contrapartida. "Los costes han subido en toda la cadena, y al final, los países más pobres son lo que tienen que pagar esa factura".
"Han subido los costes en todos los ámbitos, desde el cultivo y el transporte hasta la transformación y el transporte marítimo. La guerra y el aumento de los precios del gas y la electricidad dieron de repente un impulso enorme a los costes. Además, inesperadamente, la industria de la carne y el pollo se ha convertido en un gran competidor por el flete marítimo. Están dispuestos a pagar más por sus fletes".
"Por ahora, los destinos finales han estado aceptando estos altos precios. Pero cuanto más tenga que pagar la gente para adquirir alimentos, más dificultades pasarán, así que es vital que todo siga siendo asequible. Se puede justificar cualquier aumento de los costes, pero no se pueden seguir subiendo los precios si los usuarios finales no se lo pueden permitir", continúa Piet.
Cuanto más caras sean las cebollas holandesas, más competencia habrá
Piet afirma que "todavía se lleva a cabo mucho comercio diario de cebollas, y nuestros clientes suelen ser también los más pobres del mundo, así que tenemos que controlar nuestros precios; si no, la competencia será inevitable. Cuanto más caro sea el producto, más competidores llegarán. Un país como Marruecos no suele ser un competidor en África, pero ahora está entrando en escena porque sus precios hacen atractiva la exportación".
"África cada vez cultiva más sus propias cebollas, pero a menudo se ve lastrada por una carencia de conocimientos técnicos específicos, y todo tipo de situaciones pueden causar fallos en las cosechas. Además, debido a su crecimiento demográfico, África tiene que importar enormes cantidades de alimentos. Nuestra garantía de alimentos seguros y sostenibles puede desempeñar un papel fundamental en este sentido. Si dejáramos de cultivar cebollas, África necesitaría ayuda inmediatamente", explica Piet.
Deporte de élite
Se muestra optimista respecto al cultivo de la cebolla en los Países Bajos. "La cebolla seguirá siendo un cultivo importante en este país. Estoy convencido de ello. Podemos cultivar productos sanos con un impacto mínimo en el suelo, el sustrato y el clima. Suministramos esas cebollas a muchos países. Y el cultivo de cebollas se está convirtiendo cada vez más en un deporte de élite".
"Hay una disponibilidad limitada de pesticidas, así como una presión considerable por parte de enfermedades y nematodos. Por otro lado, los agricultores holandeses están sufriendo los efectos del cambio climático. Sin embargo, si el año que viene tenemos 30.000 hectáreas –algo que no me parece del todo imposible– y obtenemos un rendimiento medio de 60 toneladas, no seremos capaces de darle salida a todas esas cebollas", dice Van Liere.
Opina que las mayores oportunidades de crecimiento para los exportadores holandeses están en la zona del Ecuador. "Allí han tenido un tiempo más extremo últimamente, pero tampoco se puede dar por sentado que habrá demanda, ya que a veces tienen años con buenos rendimientos. Las decisiones geopolíticas también afectan mucho. Que cierre sus fronteras un gigante de la exportación como India, como ha ocurrido estos dos últimos años, crea enormes oportunidades para los exportadores holandeses. Sin duda hay oportunidades para la segunda mitad de la temporada", afirma Piet.
"Aun así, un mercado caro siempre es arriesgado. En 2018 –otro año con escasez de producto–, otros gigantes de la producción como China y Estados Unidos tuvieron buenos rendimientos. Habrá que ver si eso se repite. Por otro lado, otros países siempre llegan durante la segunda mitad de la temporada. Un país como Egipto podría sembrar más cebollas en respuesta a la escasez".
Nuevas instalaciones para almacenamiento
FlevoTrade continúa desarrollándose. A principios de este año, la empresa adquirió otro edificio para almacenar entre 15.000 y 20.000 toneladas de productos. También compró una nueva máquina de cortado de Tolsma-Grisnich. "También seguimos de cerca la evolución de la clasificación óptica. Es difícil encontrar personal, así que tenemos que considerar todo tipo de soluciones que ahorren trabajo", explica Piet.
Las cebollas son, con diferencia, el producto más importante de FlevoTrade, aunque su surtido se ha ampliado considerablemente en los últimos años. Esta empresa holandesa también exporta patatas para freír, mayonesa, pollo, arroz y sardinas a clientes de lugares como África y Centroamérica.
"Estos productos son un buen complemento, y registramos demanda durante todo el año. Utilizamos esta gama para atender no solo a los compradores de cebollas, sino también a otros a los que aún no suministramos cebollas. Las ventas de estos productos bajaron durante la pandemia –en parte por la falta de turismo–, pero ese mercado se está reactivando".
Este exportador de cebollas cumplió 60 años hace un par de semanas. Sin embargo, todavía no se plantea dejar de hacerlo. "Me siento como si tuviera aún 50 años y sigo disfrutando mucho. Tengo tres hijas preciosas que podrán hacer lo que quieran, pero si les interesa, siempre habrá sitio en la empresa para ellas. También estamos formando a nuestro personal para que FlevoTrade esté preparada para el futuro. Pero, por ahora, el mercado de la cebolla no se va a librar de mí", concluye Piet.
Para más información:
Piet van Liere
FlevoTrade Dronten
15-17 Staalwijk
8251 JP, Dronten, Países Bajos
Tel.: +31 (0) 321 387 170
Email: [email protected]
Web: www.flevotrade.nl