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Investigadores de la Universidad de Córdoba profundizan en la regulación genética de la maduración de la fresa

"España lidera el sector de la fresa en la UE siendo la provincia de Huelva la más importante en la producción de este fruto rojo ya que en torno al 95% de la producción nacional proviene de allí". Sin embargo, y como explica el investigador de la UCO Francisco Javier Molina Hidalgo, del grupo BIO278 "Biotecnología y farmacognosia vegetal", "entre el 5 y el 25% de la producción, dependiendo de la variedad, se pierde a causa del reblandecimiento que sufre el fruto a lo largo de su maduración, a la infección por diferentes patógenos, así como por otros factores que afectan a su calidad".

Debido a ello, "la fresa es un cultivo especialmente interesante para la aplicación y para el desarrollo de biotecnología vegetal", sostiene Molina Hidalgo. Y en este sentido, como ha informado la UCO en un comunicado, este grupo de investigación, dirigido por Juan Muñoz Blanco, ha desarrollado dos estudios en los que han conseguido avanzar y profundizar en el conocimiento del control molecular del proceso de maduración de la fresa.

En concreto, el grupo BIO278 ha estudiado cómo la metilación del ADN, que es un mecanismo que regula la expresión génica, interviene en el proceso de maduración de la fresa. Para comprobarlo, el equipo investigador inyectó en las fresas un compuesto químico denominado 5-azacitidina cuya función es, precisamente, eliminar las marcas de metilación del ADN. Esto ha permitido comparar muestras tratadas, que han perdido la metilación, con muestras no tratadas, que las mantenían. Así han comprobado que la falta de metilación detiene la maduración de las fresas ya que las zonas del fruto tratadas con5-azacitidinapermanecían blancas, mientras que el resto, no tratado, maduraba con normalidad. Los estudios posteriores mostraron que el tratamiento con 5-azacitidina alteró el equilibrio hormonal que gobierna la maduración del fruto y la expresión de genes involucrados en la biosíntesis y degradación de dichas hormonas.

Además, han descrito la función del gen FanCXE1 (carboxilesterasa) que juega un papel importante en la producción de los compuestos volátiles de la fresa. Estos compuestos surgen durante el proceso de maduración y constituyen los aromas de la fruta. Por tanto, influyen en gran medida en la calidad de la misma.

Dado que la carboxilesterasa es fundamental en la regulación de los compuestos volátiles, “nosotros proponemos este gen como marcador para programas de breeding, o como diana para mejora genética con técnicas más actuales”, concluye Molina Hidalgo.

Los dos estudios, publicados en las revistas BMC Plant Biology y Horticulture Research, aportan nuevo conocimiento y herramientas que pueden ayudar a la industria no solo de la fresa, sino también de otros frutos ya que mediante técnicas de mejora genética se potenciarían las características de los alimentos más atractivas o saludables para quienes los vayan a consumir.

 

Fuente: uco.es

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