Israel cuenta con casi 300 kibutz. La primera de estas comunidades agrícolas colectivas se estableció hace más de un siglo, en 1909. Nitzanim, un kibutz situado entre las ciudades de Ashkelon y Ashdod, es propietario de Hadarei Nitzanim, una empresa de producción y envasado de cítricos. Nitzanim se puso en marcha en 1943, cinco años antes de la fundación del Estado de Israel.
Or Shriper en el almacén
Una vez la superficie de cítricos de la finca alcanzó cerca de 100 hectáreas y, por lo tanto, se cosechaban cada año cantidades considerables, se decidió construir unas instalaciones de envasado. "Hoy por hoy, la superficie cubre 150 hectáreas dentro de la comunidad agrícola, y mediante alianzas con productores fuera del kibutz, alcanzamos un total de 300 hectáreas. En el almacén de envasado también se manipulan cítricos de otros kibutz y de productores independientes de todo el país", cuenta Or Shpirer, de Hadarei Nitzanim.
La máquina llena las cajas de producto
De Shamouti a Orri
La empresa se dirige al mercado interno con su marca propia, pero, durante mucho tiempo, también exportaba las conocidas naranjas Shamouti. Esta naranja típica de Israel tiene pocas semillas y una piel dura, lo que la hace muy adecuada para la exportación. "Sin embargo, su precio comenzó a bajar gradualmente y, por tanto, nuestros productores fueron reemplazando poco a poco esos naranjos con otros cítricos, en especial pomelo rojo. Cuanto también esa fruta perdió cuota de mercado, nos cambiamos a las mandarinas Orri, de las que ahora tenemos alrededor de 100 hectáreas. Tienen una temporada larga, de finales de diciembre a finales de abril, así que es una variedad importante para el almacén de envasado".
Además de Orri, la empresa cultiva y manipula 20 variedades distintas de cítricos, entre los que figuran clementinas, mandarinas, naranjas, limones y pomelo blanco y rojo. Eso significa que las instalaciones de envasado están en funcionamiento durante meses seguidos, parando únicamente de junio a agosto. Algunos de los trabajadores de Hadarei Nitzanim son miembros del kibutz; otros vienen de fuera de la comuna, como trabajadores tailandeses con permisos de residencia de cinco años o palestinos de Cisjordania o la Franja de Gaza. Nitzanim se encuentra a apenas 25 km de la Franja de Gaza, y cuando estallan las tensiones entre Hamás e Israel, se suspende el trabajo por precaución. El almacén está equipado, además, con un refugio antiaéreo.
Cultivo complicado
"El cultivo de Orri produce 40 toneladas por hectárea, y esas mandarinas se cultivan en aproximadamente 4.000 hectáreas en todo Israel, la mayoría en la costa, donde el clima es más favorable para esta variedad de club. El Consejo Supervisor no regula los precios de forma centralizada, sino que es el mercado (internacional) quien lo hace. Israel tiene alrededor de 25 almacenes de envasado, donde se preparan las frutas para la venta en los mercados nacionales y de ultramar", explica Or.
La cosecha llega aquí y recibe los primeros tratamientos.
Para lograr un rendimiento de 40 toneladas, los productores deben mimar los árboles a lo largo de toda la temporada. "No basta con un poco de riego y la aplicación de fertilizantes. Los árboles, aunque muy vigorosos, también se deben podar y aclarar meticulosamente. La temporada es bastante larga y la cosecha se lleva a cabo en el húmedo invierno. Además, los productores deben mantener a raya constantemente las plagas y los hongos. No todos los productores le sacan el máximo partido a su cultivo. Las naranjas y los pomelos, al tener una piel más gruesa y cosecharse en otoño o primavera, son más fáciles de cultivar".
Según Or, "hubo un momento en que la superficie de Orri en Israel abarcaba 5.000 hectáreas, pero, desde entonces, han desaparecido 1.000. Antiguamente, los costes de cultivo eran más bajos y el tipo de cambio del séquel no obstaculizaba las exportaciones como ahora. Por aquel entonces, que las mandarinas tuvieran un rendimiento de 30 toneladas por hectárea seguía siendo rentable. Pero esa época se ha terminado. Aun con 40 toneladas y buenas cantidades aptas para la comercialización, a los productores les cuesta sobrevivir. Solo quienes pueden llegar al mercado al inicio de la temporada, cuando los precios son más atractivos, pueden apañárselas con estas rentabilidades más bajas".
Destinos lejanos también
Orri es prácticamente la única variedad de mandarina que Israel exporta. Después de un viaje en barco de tres semanas, algunas incluso llegan a destinos lejanos como los Estados Unidos y Canadá. "Por lo tanto, es preciso que la manipulación en el almacén de envasado sea cuidadosa para garantizar que el producto llegue a su destino en condiciones óptimas. El transporte hasta Norteamérica exige un protocolo de conservación a 2 ºC. Aun así, Europa es nuestro principal mercado de exportación. Durante la pandemia, la demanda de cítricos fue excelente, y se podría afirmar que el consumo de Orri, un producto premium, tiende al alza".
De acuerdo con Or, tienen competencia en el mercado europeo por parte de las Nadorcott y Tango más baratas de Marruecos y Turquía, en el sentido de que estas pueden hacer caer los precios de la Orri. "Las Orri españolas también son una amenaza, puesto que pueden llegar al mercado europeo en tan solo dos días y con unos precios de transporte más bajos. Además, los compradores suelen elegir productos que consideran 'locales'. A su vez, nuestro punto fuerte es que contamos con mejores calibres y coloración".
El almacén.
Perspectivas a corto y largo plazo
Or Shpirer está convencido de que cualquier ampliación de la superficie de Orri en los próximos años, ya sea en España o en Israel, podría hacer bajar el precio del producto. "Creo que, en el corto plazo, hemos alcanzado más o menos nuestro máximo. Como mercado adicional, los Emiratos Árabes Unidos son una opción. Pero allí las oportunidades no son tan grandes, pues existe una fuerte competencia de otros productos también. Nos gustaría exportar a nuestra vecina Arabia Saudí. Eso en el futuro. Veo menores oportunidades en el sudeste de Asia, en parte por el tiempo de tránsito y en parte por la competencia de la producción regional. He oído que China ya tiene una superficie de 100.000 hectáreas. Y en Japón y Corea del Sur, donde exportamos Sweety y pomelos rojos y blancos, las ventas de Orri tampoco han despegado".
La cosecha llegada del campo.
No obstante, en un plazo ligeramente más largo, no cabe duda de que es posible ampliar la producción, pues, como asegura el experto, la Orri es la mejor mandarina del planeta y la demanda seguirá creciendo en varios mercados. "Pero su cultivo es exigente y, en ese sentido, el cambio climático plantea grandes desafíos. Tendremos que esperar a ver si podemos superar esos obstáculos. Si lo logramos, la Orri siempre les llevará ventaja al resto de variedades. Lo hemos visto en numerosas ocasiones en los últimos años cuando tuvieron su oportunidad nuevas variedades prometedoras con la misma ventana comercial. Deben ser genuinamente mucho mejores que la Orri para sobrevivir. Tan solo si no entran al mercado al mismo tiempo que la Orri tienen alguna posibilidad", concluye Or.
Para más información:
Or Shpirer
Hadarei Nitzanim
Kibutz Nitzanim (Israel)
Tel.: +972 867 21 404
Email: [email protected]