Un pequeño grupo de productores de piña de KwaZulu-Natal ofrece piñas frescas a toda Sudáfrica. En Hluhluwe se producen piñas Queen en campos de secano durante 52 semanas al año, con una producción media anual de unas 47.000 toneladas de piñas.
"En los últimos veinte años, nuestra producción de piña casi se ha duplicado gracias a la mejora de las técnicas de cultivo", afirma Josua van Straaten, presidente de laAsociación de Productores de Piña de Sudáfrica, quien cultiva piñas en su finca Ezulwini ("en el cielo" en zulú). "Los agricultores son muy innovadores y hemos avanzado mucho en densidad de plantas, acolchado, retención de humedad, aplicación de fertilizantes, etc.".
Josua señala que cada vez investigan más el uso de cultivos verdes para complementar el follaje de piña que queda por reincorporar al suelo tras la cosecha. Se sigue un intervalo de cuatro a seis años (idealmente incluso más) entre las cosechas de piña para mantener bajo control las poblaciones de nematodos dañinos.
Plantación de piñas.
Pérdidas significativas por quemaduras solares
"A partir de noviembre solemos esperar calor, temperaturas superiores a 40 °C, pero este año las temperaturas fueron muy suaves hasta finales de diciembre y luego, en enero, nos azotó un calor excesivo. Durante unas dos semanas el sol fue implacable y las temperaturas superaron los 40 °C varios días".
Durante este periodo, los productores sufrieron pérdidas de hasta el 50% e incluso más, sobre todo en los frutos más grandes, menos protegidos por el follaje, pero más demandados.
"Además, hay que tener en cuenta que en enero también se produce una gran cantidad de fructificación natural como consecuencia del frío invernal. Tuvimos un invierno muy frío, más frío de lo habitual, y por consiguiente hemos tenido una gran cosecha natural junto con la inducida, y toda esa fruta sufrió fuertes daños por quemaduras solares en enero", explica.
Los daños se hacen patentes en la fruta seis semanas antes de la cosecha; mediante la floración inducida, normalmente son capaces de obtener una cosecha de tamaño predeterminado durante todas las semanas del año, pero este año se produjo un desabastecimiento en febrero.
Cosecha de piñas (fotos: Ezulwini Pineapples).
Daños insignificantes en las infraestructuras tras las fuertes lluvias
Los indicios del mercado apuntan a una recuperación de la oferta de piñas. A medida que el tiempo soleado vaya sucediendo a las persistentes lluvias de las últimas semanas, es de esperar que la demanda de los consumidores siga el mismo camino.
Como en todo el este de Sudáfrica, ha llovido mucho últimamente, centenares de milímetros de lluvias durante las dos primeras semanas de febrero.
Josua señala que la lluvia no causó daños notables en las infraestructuras de la zona de Hluhluwe, pero los suelos húmedos los han mantenido alejados de algunas tierras.
"De momento nos cuesta entrar en los campos para replantar. En esta época replantamos normalmente hasta finales de abril, pero creo que este año, con la lluvia, podremos plantar en mayo y quizá incluso en junio".
Los costes del transporte aéreo reducen las exportaciones
Actualmente solo se exporta alrededor del 10% de las piñas sudafricanas. Curiosamente, el mercado de exportación se lleva la fruta pequeña, difícil de comercializar localmente, pero toda tiene que salir por avión, dada la corta vida útil de las piñas.
"Las exportaciones solían desempeñar un papel más importante. Hace un par de años hacían ganar mucho dinero a los productores y eran la guinda del pastel, pero con el aumento de los costes del transporte aéreo se ha dejado de hacer hincapié. Exportar se ha vuelto muy caro y solo unos pocos agricultores siguen haciéndolo".
Para más información:
Josua van Straaten
Asociación de Productores de Piña de Sudáfrica
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