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Santos Lozano, de Tecnoce S.L.: “Las variedades con crecimientos selectivos están siendo las más perjudicadas”

“Vamos a trabajar en El Himalaya con variedades comerciales para buscar genotipos más resistentes al cambio climático”

El cambio climático es una realidad a la que se enfrenta la agricultura, cada vez más constatable y de mayor impacto sobre las producciones y su rendimiento económico; no obstante, a pesar de que está siendo más evidente en los últimos años, cabe recordar que la preocupación de la comunidad internacional por las repercusiones que tendría la variación climática a nivel global se materializó ya en 1988 en la creación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) por parte de la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

El estudio de los nuevos posibles escenarios para la agricultura y las estrategias de respuesta son ciertamente importantes y en esa línea trabaja Tecnoce S.L. desde hace 2 décadas.

"Tecnoce comenzó a investigar hace 20 años cómo dar rentabilidad a la agricultura de montaña, recuperar cultivos que se están perdiendo, y dar viabilidad al aprovechamiento de productos naturales. Los microclimas que tienen lugar conforme cambia la altitud y la orientación son un auténtico laboratorio natural para investigar cómo las variedades y genotipos de las plantas han ido evolucionando en los cambios climáticos naturales del pasado. Esta idea base estimuló a nuestra empresa a inspeccionar la agricultura y los centros de investigación que operan en los lugares más remotos del mundo: las selvas del centro de África, los desiertos al sur de Europa y las cumbres más altas del mundo".


Santos Lozano junto a Mrigendra Kumar Yadav, ministro de Agricultura de Nepal, y el Dr. Govinda Prasad Sharma, vicepresidente de la Fundación Lumbini Garden, y Ram Bahadur KC, exdirector del Centro Nacional de Investigaciones Agrarias de Nepal.

Ante la necesidad de establecer alianzas, a partir de 2019, comenzó a impulsar una "red de cooperación internacional con organizaciones científicas de África Subsahariana, países MENA y Asia Meridional", explica Santos Lozano Palomeque. "Estas redes han generado interés en científicos de casi toda Europa, con los que se organizan consorcios que ayudan a los investigadores interesados en ampliar sus trabajos con vegetales y variedades desconocidas en Europa. La cooperación multidisciplinar internacional ayudará a entender cómo podemos proteger las producciones agrícolas de los efectos del cambio climático, y para ello tomamos las enseñanzas de la propia naturaleza mediante modelos comparados, y con un enfoque de geobotánica. Los consorcios ya se están presentando a programas de investigación europeos tales como Horizonte Europa o PRIMA".

"En Asia Meridional, donde vive la mitad de la población del planeta, se ha organizado un consorcio internacional de colaboración y cooperación científica junto con la Fundación Lumbini Garden, que es el partner principal en Nepal, Sri Lanka y Bután. Allí se trabaja con los centros de investigación situados a mayor altitud en todo el mundo, para estudiar cómo las variedades indígenas de los cultivos en los Himalayas se adaptan genéticamente a la altura. Esta línea de trabajo nos permite comprobar cómo se va adaptando la maduración de las frutas y hortalizas a los cambios de temperatura”.

Porque, como explica Santos Lozano, los cultivos domesticados han perdido diversidad genética y las variedades comerciales se han ido seleccionando para aumentar su productividad en nichos ecológicos cada vez más pequeños, con rangos de temperatura muy definidos, que si bien es el resultado de un gran trabajo por parte de los obtentores, se está viendo obstaculizado por las rápidas fluctuaciones del clima. "Estas variedades con crecimientos más selectivos, pero con menor capacidad de adaptación, quedan mucho más perjudicadas por el cambio climático".

Este año sin ir más lejos, en importantes cultivos españoles como el brócoli o la lechuga, se ha notado cómo el calor inusual en otoño y parte del invierno ha incidido en el crecimiento de las plantas y en la programación de las cosechas, provocando una concentración de la oferta en el primer tramo de la campaña y la inevitable posterior falta de producto. (Foto: Invernadero en el Himalaya

"Las perturbaciones en las temperaturas crean a su vez perturbaciones en el mercado, y nosotros tenemos la posibilidad de estudiar en un escenario real cómo reaccionan y se adaptan las diferentes especies a los cambios climáticos a través del concepto de la geobotánica", señala Santos.

"De hecho, queremos trabajar con variedades comerciales importantes en el mercado para buscar genotipos más resistentes a esas perturbaciones, y establecer colaboraciones tanto con empresas privadas como con centros de investigación en Europa que estén buscando variedades resistentes al cambio climático".

Para más información:
Tecnoce S.L.
Tel.: +34 699 78 07 39
[email protected]
http://tecnoce.todoproductividad.es/