La campaña de las mandarinas ha comenzado en Perú este año con retraso –solo arrancó a finales del mes de marzo– debido a las altas temperaturas que, como señaló el presidente de la Asociación de Productores de Cítricos del Perú (Procitrus), César Peschiera, “han provocado que la fruta demore en tomar el color necesario para la cosecha”.
Esta situación ha hecho que, a su vez, en comparación con el mismo periodo del año pasado, se registren menos exportaciones en algunos frutos tempranos como la mandarina Satsuma, cuyos embarques habían descendido un 46% a la semana 18 respecto a la misma semana del año pasado, con un total de 8,152 toneladas.
Las mandarinas Primosole –de media estación y de cosecha posterior a la Satsuma– muestran también una caída del 39% en los envíos a la semana 18 de este año, con 6,199 toneladas, y solo las clementinas mostraron un mayor volumen exportado al pasar de las 913 toneladas despachadas hasta la misma fecha el año pasado a las 1,115 toneladas de este año.
Los envíos de limón Eureka también reflejan un descenso del 8%, con el embarque de solo 372 toneladas; aunque no así las limas, que escalaron de 14,000 toneladas a 18,000 toneladas en el comparativo de estos periodos.
“Las mandarinas representan entre el 70% y el 75% de los cítricos exportables. Le siguen el limón y la lima. Este retraso no necesariamente significa que vamos a tener menor volumen exportado este año, pues es muy probable que encuentre un mejor número con el avance de la campaña, la cual, probablemente, también termine retrasada”, anotó el representante.
De hecho, Peschiera adelantó que la proyección es que al cierre de esta campaña 2023 se logre un crecimiento de 4% en la exportación de cítricos con respecto al 2022, con la previsión de alcanzar las 275,000 toneladas.
Fuente: gestion.pe