La campaña de cereza española 2023 está terminando y lo está haciendo con precios más altos respecto al ejercicio de 2022 debido a la caída estrepitosa de la oferta en diversas zonas productoras, así como por la influencia de la climatología en otros países productores como Italia o Francia. La demanda ha sido muy superior a la oferta, lo que ha conllevado mucha tensión en los mercados europeos hasta ahora.
En España, las tormentas han arruinando el 70% de la producción en Extremadura, en el Valle del Jerte, una de las principales zonas productoras de esta fruta, así como también en Murcia, Almería, Alicante, Castilla-La Mancha y algunas zonas de Cataluña y Aragón, donde también ha habido problemas con el abastecimiento de agua de riego por la sequía. Por otro lado, Turquía se ha enfocado un poco más en los mercados de Oriente Medio y Rusia, y aunque Grecia ha podido suministrar sin problemas, no ha sido suficiente para cubrir toda la demanda en Europa.
Aquellos productores que no han sufrido las inclemencias meteorológicas han gozado de buenos resultados, con altos retornos, cubriendo el alza de los costes de producción.
“Ha habido mucha tensión en el mercado de la cereza, ya que era imposible abastecer toda la demanda que recibíamos”, explica un productor y exportador catalán cuya producción ha esquivado las heladas y las lluvias este año.
"Nos ha llamado la atención que, inusualmente, no hemos notado la presión de Turquía en el mercado alemán, donde al contrario que casi siempre, nos han seguido pidiendo cereza a pesar de haber empezado la campaña turca", destaca.
“Normalmente planificamos nuestra producción en los años anteriores en base a los clientes que tenemos y las perspectivas de crecimiento en nuestras ventas, por lo que situaciones como esta cambian la estrategia comercial por completo”, añade.
“Con un oferta tan pobre, los precios han sido muy altos, aunque no históricos, ya que si comparamos los retornos actuales con los de principios de los 90, todavía son bajos, teniendo en cuenta cómo han subido los costes de producción, algo que se ha acelerado en los últimos 2 años por la inflación, sobre todo en la mano de obra, envases y maquinaria. Aquellos que han dispuesto de sus cosechas, han podido cubrir perfectamente sus costes este año. Cabe recordar que el nivel de retornos de la cereza española todavía está por debajo de los estándares de Chile, donde se manejan costos de producción inferiores a los nuestros”, concluye el exportador.