Un año más, contrastando las cifras de superficie que comparte el Ministerio de Agricultura, se confirma una nueva expansión del cultivo del pistacho en España que en 2022 superó las 70.200 hectáreas tras aumentar 9.000 desde 2021; y de ellas, casi 7.600 –el 84% de las nuevas hectáreas en 2022– se han implantado en el último año en Castilla-La Mancha.
“Nos encontramos ante un mercado joven que está creciendo muy rápido en el que las plantaciones están entrando en producción. El pistacho requiere, como el olivo, unos cinco años en regadío y un año más en secano para empezar a producir frutos, por lo que se estima que en unos diez años España se posicionará como el cuarto mayor productor mundial de pistachos”. Cabe señalar que, en 2022, las hectáreas en producción contabilizadas sumaban unas 23.300, un tercio de la superficie implantada, con un rendimiento bajo que revelaba que la mayoría de ellas son plantaciones jóvenes, por lo que es fácil imaginar el crecimiento exponencial que experimentará a corto-medio plazo la cosecha de pistacho español. “Y mientras tanto, la superficie sigue aumentando”, recuerda Javier Moreno, gerente de Mister Pistacho. “El crecimiento se está dando en toda España, aunque destaca en las provincias de Toledo, Ciudad Real y Albacete”.
“Por un lado hay grandes inversores y empresas agroalimentarias que están invirtiendo en plantaciones de pistacho, y por otro, agricultores de olivar tradicional, viñedo o cereal que están convirtiendo sus plantaciones a pistacho buscando una mayor rentabilidad y un cultivo que pueda automatizarse”. Además, el pistacho ofrece una importante ventaja frente a otros frutales y frutos secos. “Es muy resistente ante los factores climáticos adversos y, al ser originario de zonas semidesérticas, soporta muy bien las olas de calor y la sequía. En cuanto al frío, resiste a las heladas mejor que el olivo y como tiene una floración bastante tardía, hay menos riesgo de que las heladas primaverales afecten a su producción, como ocurre todos los años con el almendro”.
“Este año, de hecho, pese a la sequía que estamos atravesando, la cosecha viene muy buena, y como muchos otros frutales, con un adelanto de unos 15 días; de hecho, hay agricultores que ya están cosechando la variedad temprana Larnaka”, indica Javier. “Los primeros precios de compra al agricultor que se están escuchando son bastante buenos, mejores que los de hace solo pocos años”, porque no hay que olvidar que, a pesar de ser bastante joven, el cultivo del pistacho en España ha atravesado una etapa ciertamente convulsa en la que los precios estuvieron en el centro de la polémica.
“De un año para otro, las plantas de procesado decidieron implementar un sistema de precios mínimos garantizados”
“Hasta hace unos 6 años el precio de compra al agricultor era muy elevado, porque el pistacho español tiene una demanda enorme en los mercados del norte de Europa, donde es muy valorado, y eso se traducía en precios que se situaban en promedio en los 9 euros el kilo. Pero hace unos 5 años ocurrió algo que no nos gustó nada en el sector”.
“Hay que recordar que el pistacho tiene una particularidad y es que, tras cosecharlo, solo se cuenta con 48 horas para pelarlo y secarlo en las plantas de procesado para evitar que se contamine por aflatoxinas. En aquel momento solo existían 8 plantas en España para procesar toda la cosecha del país y, de un año para otro, hace ahora 5 años, decidieron implementar un sistema de precios mínimos garantizados de compra al agricultor; y, qué coincidencia, todas establecieron los mismos precios”.
”De repente, los agricultores pasaron de 9 euros el kilo a unos 2,80 de media como precio de partida. Es cierto que luego ese precio se mejoraba en función de los precios a los que las plantas procesadoras habían vendido el producto, pero se quedaban en torno a los 5-6 euros, bastante por debajo de los precios que se manejaban anteriormente y que nunca bajaron en los lineales de las tiendas de nuestros clientes en Europa”.
“Aquella situación absurda e innecesaria lo único que consiguió es que los agricultores empezaran a organizarse en cooperativas o SAT y se construyeran nuevas plantas de procesado que no obligaban a estar sujetos al precio mínimo garantizado. Es más, en estos 2-3 años en España se ha pasado de tener 8 plantas a 44 entre primera y segunda fase. Se puede afirmar sin equivocarse que el sector del pistacho ha vivido una auténtica revolución”.
“Que haya stocks de producto o mucha cosecha en Estados Unidos o Irán no afecta realmente a la producción española en el mercado”
Estados Unidos es el mayor productor de pistachos del mundo, donde la variación global de la climatología parece no estar jugando a favor de su cultivo. “La mayor parte de la cosecha del país se concentra en California, en la zona del Valle de San Joaquín. Por el cambio climático, allí cada vez están disminuyendo más las horas de frío anuales, lo que está repercutiendo en la calidad de su producción; por eso, que haya stocks de producto o no en Estados Unidos no afecta realmente al precio en el mercado español, al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, con la almendra, que en la actualidad está cotizando con los menores precios jamás vistos”.
“El pistacho español tiene una calidad superior indiscutible y una demanda muy fuerte en Europa que no tiene el pistacho americano ni el iraní, y eso se refleja en los precios: el año pasado el pistacho en grano español subió hasta los 23 euros por kilo. Para tener una referencia, la almendra en grano se cotiza ahora mismo en 3 euros por kilo”, remarca Javier Moreno.
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