Mientras la campaña del tomate comienza a tomar forma en muchos invernaderos almerienses para el ciclo de otoño/invierno, con las recolecciones de las plantaciones más tempranas en este año en el que se registra un atraso generalizado, en Granada aún se mantiene la oferta que ha servido al mercado durante todo el verano.
“Lo que es la producción aquí en la zona de Granada ha disminuido un poco junto con la bajada de la temperatura, pero todavía continuaremos durante más de un mes largo. En primavera se retrasó un poco la campaña por las lluvias y gracias a eso vamos a poder alargarla un poco más de la cuenta, en este momento en el que los precios son buenos”, explica Francisco Manuel Ramos, de Hortoventas.
“El mes de agosto ha ido bastante bien en ese aspecto, en septiembre se están manteniendo los precios y se prevé que la situación siga igual o parecida en las próximas semanas. Todo depende de las calidades de la producción de cada agricultor, pero ahora mismo estamos empezando las ventas a entre 1,40 y 1,50 euros por kilo”.
“En la provincia solo tenemos un ciclo de siembra que va desde finales de mayo a, como mucho, noviembre, cuando empiezan los fríos y tenemos que terminar los cultivos. Aquí en invierno las temperaturas bajan a 8-9 grados bajo cero y es bastante complicado producir durante ese periodo, incluso cuando nuestra producción es de invernadero”.
Es cierto que en verano hay producción de tomate desde otros orígenes del continente que llega a España, “desde Holanda hay volúmenes de tomate que se cruzan algo con nosotros, y también desde Portugal, que exporta más al mercado español sobre todo tomate rojo tipos rama y Daniela, pero todos tenemos nuestro espacio tanto en el mercado nacional como en el de exportación”, remarca Francisco Manuel.
En invierno, Hortoventas continuará cultivando coliflor y col, dos referencias que puede suministrar incluso en los meses de verano, cuando desde otras zonas productoras españolas el calor impide su cultivo, gracias a las temperaturas y al microclima que proporcionan las faldas de Sierra Nevada al Llano de Zafarraya; aunque esta no es la única ventaja que aporta este clima. “Sabemos que ha habido muchos productores en la zona de Almería afectados por el virus del tomate, que resiste en las plantaciones y es muy difícil de eliminar porque se desarrolla con facilidad con el calor del interior de los invernaderos. Aquí, afortunadamente, el frío del invierno por debajo de cero corta el ciclo de vida del virus y eso está haciendo que no tengamos el daño que están sufriendo otras zonas”.
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