En la British Tomato Conference, que se celebró la semana pasada en Warwickshire, no había ni un solo tomate. No había ninguna bandera decorativa de tomates británicos ni los obtentores expusieron nuevas variedades, incluso en la comida estuvieron totalmente ausentes los tomates. Esto ejemplifica cómo el temor al virus del rugoso ha cambiado el sector. Y, como se dijo durante la conferencia, no es el único reto al que los productores británicos de tomate se han enfrentado y se siguen enfrentando.
Esta conferencia anual, organizada por la British Tomato Growers Association (la asociación británica de los productores de tomate), volvió a celebrarse tras la pandemia, que provocó dos cancelaciones y la reducción del tamaño de una edición. La semana pasada, más de 220 productores, proveedores, responsables de políticas y otros interesados se congregaron en Warwickshire para debatir sobre el estado y el futuro del sector. El evento se combinó con la presentación de varios proveedores en una pequeña feria.
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El virus del rugoso sigue siendo un tema candente, por lo que los obtentores, cultivadores e investigadores ofrecieron una visión general de las últimas novedades sobre el virus. Pero en el Reino Unido ocurren muchas más cosas. La energía es y sigue siendo un coste importante para los agricultores británicos, y aunque los precios de la energía parezcan haberse estabilizado, siguen siendo mucho más altos que antes. Optimizar el uso de la energía o buscar soluciones alternativas es una de las prioridades.
Los resultados del Brexit también se dejan sentir de manera generalizada y siguen planteando nuevos retos a los productores. El Brexit a provocado una inmensa escasez de mano de obra –algo que Lee Abbey, que sustituyó a Minette Batters, de NFU (National Farmers Union), espera que mejore, ya que este año se concede un mayor número de visados a través del Plan de Trabajadores Temporales– y sigue creando nuevos retos. Los puntos de control fronterizo, por ejemplo, donde deben controlarse todas las plantas que entran en el Reino Unido, incluidas las plantas hortícolas jóvenes, están provocando retrasos hasta el 30 de abril, y los productores deben estar al tanto de la cambiante situación.
La investigación colaborativa también ha cambiado en el Reino Unido con la desaparición de la tasa ADHB (Agriculture and Horticulture Development Board). Los productores se pusieron al día sobre la nueva cara de la protección de cultivos, de la que ahora se ocupa Horticulture Crop Protection, una organización que depende del apoyo voluntario.
Pero no se trata solo de cultivar los tomates: también hay que venderlos. Joseph Shaw-Roberts, de Kantar, expuso las tendencias y las últimas novedades del mercado del tomate, y el equipo de Jack & Grace Communications presentó una visión general de la Quincena Británica del Tomate. La Quincena continuará, pero no seguirá siendo la misma el año que viene, ya que Julie Woolley, alias la Madre de la British Tomato Growers Association, está a punto de jubilarse. Sus esfuerzos y su apoyo a la asociación y al sector en su conjunto fueron celebrados durante la cena de clausura de la conferencia, demostrando que, a pesar de la ausencia de tomates, el espíritu del tomate estaba presente.
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Para más información:
British Tomato Growers Association
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