La grave sequía que está azotando la región amazónica brasileña, propiciada por el fenómeno de El Niño, está poniendo contra las cuerdas al transporte fluvial de mercancías, ya que los bajos niveles del río y sus afluentes hacen temer que se interrumpan las exportaciones de los estados agrícolas cercanos.
De hecho, el grupo naviero y logístico A.P. Moller-Maersk advirtió el miércoles a sus clientes de que "la profundidad del río Amazonas en sus puntos críticos ha alcanzado un nivel que hace inviables las operaciones marítimas en Manaos", comunicando que la grave sequía ha afectado a 60 de los 62 municipios del estado de Amazonas, provocando la suspensión temporal del servicio de cabotaje desde y hacia la ciudad.
La situación es tal que el Gobierno de Brasil creó en septiembre un grupo de trabajo humanitario para entregar paquetes de alimentos a las aldeas aisladas que dependen del transporte fluvial en la selva y a las comunidades indígenas. El martes, grupos indígenas de la Amazonia pidieron al gobierno brasileño que declarara una emergencia climática, ya que sus aldeas no tienen agua potable, alimentos ni medicinas debido a una grave sequía.
Como parte de un plan de contingencia, el operador local de Maersk, Alianca Navegacao e Logística, está desviando los buques con destino a Manaos a puertos alternativos como Vila do Conde y Pecem, y espera restablecer el servicio tan pronto como las condiciones de navegabilidad lo permitan a mediados de noviembre, con una capacidad restringida.
Fuente: marketscreener.com