Pese a que hace apenas unos meses las expectativas eran optimistas, los citricultores de la región de Marrakech se han dado de bruces con la realidad. "La temporada ya debería haber comenzado, pero no hay nada que cosechar", dice Walid Bouazzaoui, que cultiva cítricos en Marrakech.
En condiciones normales, las clementinas marroquíes estarían en el mercado desde mediados de octubre, inaugurando la campaña citrícola. "Pero los calibres son demasiado pequeños y las frutas, demasiado secas. Para llenar una caja de 10 kg de calibre 2, normalmente se necesitan en torno a 187 frutas. Con los calibres que tenemos ahora, se necesitan 230. Hemos decidido no cosechar y esperar. Todavía no tenemos visibilidad y aún no sabemos si se trata de un retraso en el inicio de la campaña o de una campaña perdida por completo.
Otras variedades de cítricos más tardías en la región de Marrakech, como las mandarinas Afourer, correrán la misma suerte, añade el agricultor.
Sin embargo, según declaraciones anteriores que aún están por materializarse, los productores de otras regiones, como Sus-Masa, están más confiados.
La temporada pasada, el sector citrícola marroquí registró una caída de los volúmenes, que para algunas variedades como Nadorcott fue del 60% con respecto a la temporada anterior. Según Bouazzaoui, "las condiciones de producción no han mejorado. La sequía persistente y las temperaturas cada vez más altas están siendo un duro golpe para el sector, en particular en Marrakech".
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Walid Bouazzaoui
Global Trading Company
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