La semana pasada marcó un cambio en la oferta en los mercados holandés y belga de la fresa. "Debido a las noches frías y a las bajas temperaturas en general, las producciones de principios de otoño están entrando en su fase final, provocando una caída significativa de los volúmenes disponibles. Esto podría ejercer una presión considerable sobre los precios incluso antes del mes de noviembre", afirma Michiel Vermeiren, de la cooperativa y subasta belga Coöperatie Hoogstraten.
El fin anticipado se debe principalmente a la ola de calor de principios de septiembre, que adelantó las cosechas de otoño, dice Michiel. "Tendremos un nivel de suministro decente hasta finales de octubre, pero en noviembre los volúmenes serán realmente bajos. Y es que los trasplantes del mes de agosto se han adelantado en su crecimiento debido al calor del mes de septiembre. Además, las plantas no producen suficientes cantidades de fresas debido a las noches cálidas. De hecho, en septiembre y octubre tuvimos los kilos que ahora en noviembre nos faltarán".
"La situación no está siendo fácil, precisamente porque noviembre es el mes en el que el mercado de exportación suele depender de las fresas holandesas y belgas", continúa Michiel. "El Reino Unido, siendo un mercado con una fuerte demanda en otoño y cuya propia producción está llegando a su fin, está cambiando completamente a los suministros belga y holandés. Además, tenemos contratos que deben cumplirse. Así que los problemas de suministro no solo se producen en Bélgica. Oigo en todas partes que será difícil alcanzar los volúmenes suficientes".
En estas semanas, el mercado experimenta un punto de inflexión. "La demanda nacional tradicionalmente baja en septiembre y varias cadenas de supermercados belgas dejan de ofrecer producto de cultivo local en el mes de octubre. Por otro lado, es el momento en el que la demanda extranjera vuelve a aumentar y esto se nota en los precios. Y es que las cotizaciones ya han aumentado ligeramente en las últimas dos semanas, aunque el gran aumento de precios está llegando ahora. En noviembre, preveo que los precios serán altos debido a la escasez de producto en el mercado".
El clima como factor decisivo
El mercado de la fresa ha sido muy volátil para la cooperativa en el verano. "Ha sido un verano especialmente complicado, empezando en junio con un tiempo cálido y soleado. Hubo varias campañas de promoción en los supermercados y los precios eran buenos, especialmente a principios de junio. Sin embargo, en el transcurso del mes los volúmenes de suministro aumentaron, generando grandes diferencias de precios entre las diferentes variedades y diversos sistemas de cultivo y dejando una sensación de decepción, especialmente para los cultivos de campo abierto, que ya habían experimentado un comienzo lento después de una primavera fría".
"En el mes de julio, el tiempo se volvió sombrío y húmedo", continúa Michiel. "Y debido al calor de junio, las fresas maduraron más rápidamente, por lo que no alcanzamos los volúmenes esperados durante el verano. Algunos productores continuaron suministrando volúmenes más bien limitados en julio y agosto, pero a precios elevados hasta la segunda quincena de agosto. A finales de agosto, la formación de precios se invirtió por completo".
Y es que los caprichos del clima dejan siempre sus huellas en el mercado de la fresa. "Los altos precios de principios de agosto provocaron una caída de la demanda, ejerciendo mucha presión sobre los precios a medida que los volúmenes volvieron a aumentar".
"Después de los desafiantes meses de verano, vino la ola de calor de septiembre. El calor y las lluvias comprometieron la calidad de la fruta. Además, la cosecha de otoño se adelantó, llevando a la acumulación de volúmenes en septiembre y principios de octubre. Tuvimos que cambiar de estrategia, ya que en el mes de septiembre del año pasado, la situación fue completamente opuesta".
Los extremos climáticos
La difícil situación del verano nos ha demostrado que los caprichos del clima tienen un impacto importante en mercados volátiles como el de las fresas. "En el caso de las fresas, simplemente toca esperar y ver qué hace el tiempo. Y es que dependemos totalmente del clima. En cierto modo, es lógico, ya que la fresa es un producto natural. Aun así, Coöperatie Hoogstraten trabaja duro cada día para obtener siempre los mejores resultados para sus productores asociados".
La organización belga está estudiando diferentes maneras de protegerse lo mejor posible contra las condiciones climáticas extremas. "Lo hacemos de diferentes maneras. Por ejemplo, estamos trabajando en un proyecto sobre previsiones de cosecha y estamos hablando con varios socios comerciales para promocionar las fresas en aquellas semanas en las que la oferta alcanzará su punto máximo, con el objetivo de llegar a situaciones más equilibradas en lo que respecta a la oferta y la demanda".
"La selección de variedades también es un factor importante. La variedad Elsanta, por ejemplo, deja que desear en verano en términos de volúmenes y calibres. Por ello, estamos mirando junto con los productores asociados qué variedades son las más adecuadas para los sistemas de cultivo en verano, entre los cuales se encuentra la producción de campo abierto, en la que el impacto de los caprichos de la naturaleza es aún mayor. Si bien el tiempo siempre influirá en las producciones, podemos prepararnos lo mejor posible para mitigar las posibles consecuencias", concluye Michiel.
Para más información:
Michiel Vermeiren
Coöperatie Hoogstraten
Loenhoutseweg 59
2320 Hoogstraten (Bélgica)
Tel.: +32 33 40 02 11
[email protected]
www.hoogstraten.eu