Producidas principalmente en las regiones del Centro del Valle del Loira, Gran Este y Alta Francia, las chalotas de siembra siguen siendo minoritarias en el paisaje francés, en beneficio de las chalotas tradicionales (producidas principalmente en Bretaña y Países del Loira), pero tienden a crecer. En 2004, solo representaban el 1% de la superficie francesa. Diez años después, habían subido al 6% y ahora representan el 8% de las superficies. Yannick Chevray, responsable de marketing y apoyo comercial de Bejo France, analiza la producción de chalota de siembra en Francia, su potencial de crecimiento, sus múltiples ventajas de producción y la labor de promoción necesaria para impulsar su consumo.
A diferencia de la chalota tradicional, que se produce a partir de un bulbo (multiplicación vegetativa), la chalota de siembra se produce a partir de una semilla sembrada.
Mejorar la imagen de la chalota de siembra
Menos popular que su prima tradicional, la chalota de siembra sigue teniendo una "mala reputación". ¿El principal obstáculo para su desarrollo? Según Yannick Chevray, "la percepción del producto", a pesar de que presenta "numerosas ventajas de producción" y, por tanto, podría resolver algunos de los problemas a los que se enfrentan los productores: "Mayor rendimiento, menor necesidad de mano de obra (porque la producción de chalotas a partir de semillas está mecanizada), producción menos contaminante porque se ha eliminado el plástico utilizado para el acolchado. Pero, sobre todo, la ventaja de partir de semillas es que el material es sano, trazable y certificado, y está libre de virus desde el principio". Así, a través de la marca registrada Rose Lily, el Club de cultivadores de semillas de chalota quiere promocionar la chalota producida a partir de una semilla sembrada y así "transmitir una imagen positiva y dinámica haciendo hincapié en el aspecto cualitativo del producto".
En la actualidad, el 80 % de las variedades utilizadas para la producción de chalota en Francia son variedades Bejo. Existen diversas variedades tanto para la producción tradicional como para la ecológica. La variedad Innovator, desarrollada por la empresa de semillas, es incluso resistente al mildiú.
Aunque tiene muchas ventajas de producción, la chalota de siembra también podría satisfacer a los consumidores gracias a su capacidad de conservación. "Cuando los consumidores compran una malla de chalota de 250 o 500 gramos, necesitan poder conservarla durante mucho tiempo, porque no van a comerla en cada comida. Pero la chalota de siembra tiene una vida útil mucho más larga".
Revitalizar el consumo de chalota
Con la promoción de la chalota de siembra, Bejo también espera contribuir a revitalizar el consumo de un producto que actualmente "se debilita". Ante el envejecimiento de la población y la evolución de las tendencias de consumo, Yannick Chevray afirma: "Hay mucho trabajo por hacer en este sentido. Tenemos que replantearnos cómo promocionar las chalotas, incorporarlas a nuevas recetas y dirigirnos a las generaciones más jóvenes". Promocionar la chalota en Francia, pero también más allá de sus fronteras, ya que "el consumo de chalota sigue siendo anecdótico en el resto de Europa". Y es también el caso de Rose Lily, desarrollada en alemán, italiano, español, inglés y neerlandés, con la que los productores esperan atraer a los mercados extranjeros.
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Yannick Chevray
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