Llegada la primera semana de noviembre, hay aún empresas en Huelva que no han terminado la plantación de fresas en sus fincas. “Hay viveros que este año se han retrasado mucho en los arranques, comenzando a mediados de octubre, lo que para nosotros es tarde”, remarca Manuel Alfaro, gerente de El Pilonar.
“Este año, además, nos hemos vuelto a encontrar con problemas en algunas plantas. En una variedad en concreto, a los 14-15 días de su plantación, hemos tenido que arrancar fincas completas y replantarlas, lo que sumado al retraso en la entrega de plantas, nos va a hacer tener entre un mes y un mes y medio de retraso en algunas plantaciones. De hecho, en El Pilonar hoy mismo estamos replantando todas esas plantas que no vinieron suficientemente buenas”.
El año pasado esta situación se achacó al calor y a la sequía, recuerda Manuel, y el porcentaje de pérdidas se situó –en muchos casos– por encima del 20%, pero esta campaña la plantación ha coincidido con un tren de tormentas que han permitido unas condiciones de humedad y temperaturas más favorables que las que se vivieron entonces. “Creemos que esta situación puede ser porque algunas de las plantas de fresa se arrancaron en los viveros de altura en días con lluvia y las raíces han venido con mucho barro. De manera que no han podido enraizar con facilidad y, como comprobaba mi técnico de campo con un simple corte, habían muerto asfixiadas desde el ‘corazón’ mismo de la planta”.
“Comentan que parece que ha sido por variedades; hay algunas para las que se ha tenido que reponer entre un 10-12% de plantas, otras se han ido a un 18-20%, e incluso tenemos una parcela en la que hemos tenido que poner 90.000 plantas nuevas que habíamos plantado hacía 15 días, con todo lo que supone, porque estamos hablando de cantidades muy elevadas; en El Pilonar tenemos más de 5 millones de plantas de fresa.
Los replantes se han realizado en unas semanas en las que la tan esperada lluvia ha llegado de la mano de fuertes rachas de viento en el litoral de Huelva que han provocado daños en todo el sector, señala Manuel Alfaro. “En Cartaya, Aljaraque, Moguer, Bonares, Lucena… el viento ha partido arcos y plásticos de los invernaderos que ya estaban montados para las frambuesas y los arándanos, generando grandes pérdidas a nivel estructural y de producción”.
“Lo positivo”, señala, “es el agua que ha caído. El mes pasado se anunciaba que el recorte del 25% del riego que ya sufríamos el año pasado subiría al 50%. Las plantas están muy bien ahora con todo lo que ha llovido, pero le estamos pidiendo a la Junta que suba la dotación de riego para poder mantenerlas cuando deje de llover”.
“Yo, personalmente, he decidido dejar de cultivar 30 hectáreas, 26 de fresa y 4 de arándanos, temiendo no tener agua suficiente para sacar adelante todos los cultivos. Solo espero que la situación mejore para poder ponerlas en marcha de nuevo el año que viene”.
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