El cultivo en espaldera se está estudiando como un potencial cambio de paradigma para la citricultura neozelandesa tras los daños provocados por el ciclón Gabrielle en un campo de Gisborne. El ciclón afectó a más de 700 nuevos árboles de limón Eureka sin semillas, lo que empujó a los productores a barajar métodos de cultivo alternativos. El cultivo en espaldera implica enseñar a los árboles a crecer de manera horizontal a lo largo de un enrejado de alambre para que sea más fácil podarlos, controlar las plagas y cosecharlos. Está previsto que este método ofrezca varios beneficios, como incrementar los rendimientos, adelantar la fructificación, mejorar la calidad de la fruta y, potencialmente, llevar a cabo una cosecha robótica.
La iniciativa surgió cuando Tam y Dan Jex-Blake, agricultores de Manutuke, Gisborne, buscaban soluciones para proteger sus cítricos y sus manzanas Rockit de futuros daños provocados por los ciclones. Matt Carter, director de desarrollo de variedades en First Fresh, se inspiró en los ensayos con sistemas de espalderas para cítricos en Australia, y así se iniciaron conversaciones sobre su viabilidad en Nueva Zelanda. El concepto consiste en construir una estructura de espalderas que eleve los árboles jóvenes y facilite el drenaje, a fin de evitar que se les mojen los pies durante condiciones meteorológicas adversas.
Los productores de Gisborne, en colaboración con First Fresh, se embarcaron en un viaje de estudio a Estados Unidos en mayo para analizar los huertos en espaldera del Valle de San Joaquín, California. La visita incluyó el análisis de diferentes técnicas y la observación de varios sistemas de cultivo en espaldera, con el foco en los huertos de Dekopon (una variedad de Satsuma) y limón. El equipo buscó información sobre las ventajas potenciales del cultivo en espalderas, como una mayor exposición a la luz, la mejora de producción de fruta, la mejora del manejo de los huertos y la perspectiva de la cosecha robótica.
A su regreso a Nueva Zelanda, los Jex-Blake instalaron una estructura de espalderas en su huerto e incorporaron las mejores prácticas observadas durante su viaje de estudio. La instalación, completada a principios de septiembre, consistió en plantar los árboles jóvenes sobre montículos para aumentar la elevación y así mitigar el riesgo de daños por aluvión en caso de otro ciclón. La combinación de espalderas y plantación en montículos se espera que mejore la protección, los rendimientos y la eficiencia general del huerto.
Se cree que esta iniciativa de cultivo en espalderas es la primera plantación comercial de cítricos con este método en Nueva Zelanda. El planteamiento tiene la intención de respaldar y proteger los árboles de cítricos, crear unas condiciones de cultivo óptimas y explorar el potencial de la cosecha robótica. Este sistema de espalderas, al permitir una mayor entrada de luz en las copas, se prevé que se traduzca en una mayor producción de fruta y que facilite el manejo del huerto. Además, es un método que permite la intensificación, puesto que en las hileras, más anchas, la densidad de plantación puede ser mayor, lo cual puede compensar los costes asociados.
Aunque, por el momento, esta iniciativa es un ensayo, los Jex-Blake expresan su confianza en su éxito y consideran que el cultivo en espalderas es una estrategia a largo plazo para el futuro de la citricultura en Nueva Zelanda. La combinación de resiliencia contra los fenómenos meteorológicos adversos, la mejora de la eficiencia y un potencial aumento de los rendimientos sitúa al cultivo en espalderas como una innovación prometedora para la citricultura del país.
Para más información:
www.hortnz.co.nz