Las condiciones húmedas del campo en el distrito de Dithmarschen han ralentizado la producción de col. "Nuestras coles de Bruselas no se están desarrollando y son en su mayoría pequeñas. Solo en octubre, tuvimos un total de más de 200 mm de lluvia, lo que provocó una mayor proporción de coles de calibre A (23-28 mm) en lugar de las habituales de calibre B (30+). Sin embargo, se prevé que el tiempo siga siendo malo y húmedo, y dejar los productos en el campo no mejorará la situación. En ese sentido, la temporada se presenta bastante difícil", explica Harm Feil, de la explotación hortícola del mismo nombre situada en Kronprinzenkoog.
Arriba: Trabajos de cosecha en la explotación de Feil.
Sin embargo, las ventas se han mantenido altas y estables desde el inicio de la cosecha, el 20 de septiembre. "Por eso estamos intentando subir los precios y ralentizar las ventas, para tener suficiente producto para Navidad. Mi objetivo es siempre aprovechar el negocio navideño y comercializar los últimos lotes hacia mediados de enero", explica Feil.
Preparación de las coles de Bruselas.
En 2017, Feil decidió plantar unas 20 hectáreas de coles de Bruselas y, desde entonces, ha cuadruplicado la capacidad de cultivo. "Tenemos previsto seguir ampliando la superficie hasta las 95-100 hectáreas", afirma el productor de Landgard, quien también produce zanahorias y col blanca en 70 hectáreas cada una. "Estoy convencido de que también podremos vender 100 hectáreas. Al fin y al cabo, es un mercado en movimiento: lo que vendemos no hay que importarlo de los países vecinos. En general, las ventas van bien. Sin embargo, la calidad tiene que ser la adecuada, sobre todo porque aquí, en el norte, también producimos para el mercado de Alemania Occidental y, por tanto, debemos tener en cuenta rutas de transporte más largas".
Coles de Bruselas recién cosechadas.
La mosca blanca aumenta los rechazos
Por otro lado, los productores de coles de Bruselas tienen que hacer frente a riesgos y costes de cultivo cada vez mayores. "En comparación con otros cultivos, las coles de Bruselas requieren un mantenimiento especialmente elevado, lo que repercute en los costes de mano de obra actuales. Eso se ve agravado por la presión de las plagas, es decir, el aumento de la mosca blanca. Tenemos que hacer frente a estos retos, sobre todo porque los productos fitosanitarios autorizados tienen cada vez más restricciones. El resultado final es que se producen entre un 5% y un 8% más de rechazos que hace tres o cuatro años. Las calidades exigidas por el comercio no nos lo pondrán nada fácil a los agricultores en el futuro. También es difícil sensibilizar a los retailers de alimentación sobre este tema".
Vista aérea de la explotación hortícola de Feil, en el corazón de la producción de col de Dithmarschen.
No obstante, las coles de Bruselas se han convertido en un segmento de mercado estable y en crecimiento, continúa Feil. "Sin duda, el producto no perderá importancia en los próximos años. Sobre todo, para las generaciones más jóvenes, las coles de Bruselas son más fáciles de preparar que muchos otros tipos de coles. También veo más potencial en ese sentido, y no solo en invierno. En Estados Unidos, las coles de Bruselas, al igual que la col rizada, se han consolidado como ingrediente de las ensaladas de verano. En el país aún estamos lejos de eso, pero siempre nos sorprenden los volúmenes que salen al principio de la temporada, en septiembre".
Sin embargo, el tradicional pico de ventas sigue concentrándose en el periodo previo a Navidad. "En la semana previa a Navidad, pasamos a procesar 24 horas para satisfacer en cierta medida la demanda, aunque no podemos satisfacer todas las peticiones de los clientes. También abastecemos coles de Bruselas a Suecia, cuya exportación ha crecido en importancia a lo largo de los años".
Imágenes: Feil Gemüsebau
Para más información:
Harm Feil
Feil Gemüsebau
Kirchenstr. 52
D-25709 Kronprinzenkoog
T: +49-170-9239963
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