El sector norteamericano del champiñón está en temporada alta. El consumo y la producción comienzan a repuntar en septiembre y continúan hasta los primeros meses del nuevo año. "La demanda se dispara con la proximidad de las Navidades", indica Mark Kreiner, de Mother Earth Organic Mushrooms. A partir del otoño, cuando predominan las temperaturas frescas, y después hasta Acción de Gracias y las Navidades, la gente empieza a cocinar, comer y pasar más tiempo en casa. "Primero hay un consumo enorme durante las fiestas y luego, justo después del día de Año Nuevo, muchos consumidores tienen como propósito consumir productos que les permitan llevar un estilo de vida más saludable. Los champiñones son perfectos para aquellos que deseen llevar una dieta vegana o que estén considerando la dieta cetogénica o paleo. Por norma general, el consumo tiende a estabilizarse un poco pasada la Pascua y vuelve a subir en otoño".
Champiñones Baby Bella.
Las variedades más consumidas durante las fiestas son el champiñón blanco, el Baby Bella y el Portobello (que se usan sobre todo para relleno). "Antes de las fiestas, las variedades tradicionales, como estas tres, son las más buscadas. No se produce un aumento del consumo como este en la categoría de las setas exóticas en la misma época", apunta Kreiner.
Envasado de champiñones blancos.
Siguiente nivel
Si bien la demanda es alta, el sector del champiñón ha sido testigo de una contracción de esta en los últimos años. Los cierres de empresas se siguen sucediendo y Kreiner cree que las instalaciones de champiñones en Norteamérica buscan formas más rentables de cultivar, envasar y enviar los productos. "En primer lugar, en la situación actual, es un sector que demanda mucha mano de obra. La disponibilidad de trabajadores en los Estados Unidos ya no es abundante como lo era antiguamente y cada vez es más complicado encontrar empleados y conservarlos. Además, el coste de la mano de obra, así como el de otros insumos como el compost, el musgo de turbera, la energía y el agua están a niveles cada vez más altos". Aunque el camino es difícil, Kreiner ver la necesidad de que las instalaciones de cultivo de champiñones avancen hacia la adopción de más sistemas automatizados, los cuales demandan menos mano de obra y permiten una mayor productividad. "Sencillamente, no podemos seguir cultivando como lo hemos hecho en el pasado. No será tarea sencilla dar el paso a un tipo de agricultura diferente, pero llegará un momento en que tendremos que darlo, pues muchas explotaciones siguen siendo familiares y necesitarán inyecciones de capital para transformarse y actualizarse para seguir cultivando, envasando y enviando producto para satisfacer la demanda del consumidor".
La falta de mano de obra está impulsando el desarrollo de sistemas de cosecha automatizados. Estos robots pueden escanear el lecho de cultivo de los champiñones para identificar cuándo recolectar cada uno de los hongos. A continuación, la máquina recolecta los champiñones, corta los tallos y coloca el producto en un envase. Kreiner cree que en el futuro se adoptarán más soluciones de automatización y que las explotaciones de champiñones de Norteamérica imitarán el modelo de cultivo europeo, que ha evolucionado y ha incrementado su automatización a lo largo de los años movido por la necesidad ante la falta de una gran reserva de mano de obra.
Para más información:
Mark Kreiner
Mother Earth, LLC
Tel.: 610-268-5904
[email protected]
www.organicmushrooms.com