En pimiento California este año el calibre va un poco más justo de lo habitual debido al calor. “Por culpa de la climatología se sembró más tarde, entre dos y tres semanas con respecto al año pasado, y el cuaje también se ha retrasado al hacer todavía demasiado calor, por lo que los pimientos se han quedado bastante cortos de tamaño”, explica Miguel Molina, de la empresa almeriense especializada en el cultivo de pimiento California Hortindalo.
“La campaña pasada no fue buena en el principio justo por este problema, y la gente se ha relajado bastante con el comienzo de las plantaciones, de forma que hay menos kilos en general. Sin embargo, al final la ley de la oferta y la demanda está haciendo que, de momento, la campaña no vaya mal, con precios bastante buenos”.
“Ahora mismo, el kilo de pimiento California rojo, que es el que hacemos en Hortindalo, ronda el euro. Ha bajado un poco porque la semana pasada llegó a estar a 1,30 euros/kilo, así que esperemos que se mantenga y que en los próximos días no siga esta tendencia”, señala Miguel, “porque al tener menos volumen esta campaña, estamos notando que está aumentando el producto importado de terceros países”.
El California rojo, frente a los otros colores que conforman los populares packs tricolores que se confeccionan para el mercado de exportación, es la tipología más demandada en el mercado nacional, donde comercializa Hortindalo su producción recogida y envasada directamente en sus invernaderos, y que manda “directamente a los clientes que quieren un producto fresco y de la máxima calidad”, destaca Miguel.
“Llevamos 8 años produciendo en ecológico, pero los últimos 3-4 años los precios han bajado bastante y, de hecho, son muy similares a los del producto convencional, que además han subido. Esto me está haciendo plantearme seriamente si dejar el ecológico, porque los gastos son un 40-50% mayores que en la producción convencional, la producción es menor, las plagas son más difíciles de controlar, tenemos menos herramientas para combatirlas… y el diferencial del precio con los productos no ecológicos es mínimo”.
“Como empresario me da mucha pena tener que planteármelo, porque me ha costado mucho sacrificio y esfuerzo obtener el certificado de producción ecológica, pero, lamentablemente, veo que voy a tener que retroceder porque, al hacer números, no salen las cuentas”, comparte.
“De todas maneras, hay que recordar que nuestra agricultura aquí en Almería es de por sí muy sostenible. Medimos en todo momento la cantidad de agua y abono que utilizamos para aprovechar al máximo los recursos, todos los fitosanitarios autorizados pasan múltiples pruebas que garantizan que son saludables para las personas y respetuosos con el medio ambiente, y las cooperativas exigen de manera generalizada que el LMR de las hortalizas se sitúe a un tercio del límite establecido, asegurando más seguridad aún si cabe en los productos convencionales”, recuerda Miguel. “El residuo cero se puede conseguir, porque ya estamos muy cerca, pero hay que tener en cuenta que con el residuo cero no vamos a obtener la misma cantidad de kilos para alimentar a cada vez más gente”.
“En Almería, no solo en ecológico, sino también en convencional, somos un ejemplo en la producción agrícola. En ese sentido, me siento muy orgulloso de formar parte de uno de los sistemas de producción más respetuosos con el medio ambiente y con la salud que existen”.
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